Típico de libra.

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~Narra Jeikei~

Creía que lo tenía todo, que ser su mejor amigo era incluso mejor y más íntimo que salir con él como su novio. Las noches en vela frente al celular charlando sobre nuestro día, que no existiera la intimidad entre nosotros y que yo más que nadie lo conocía de pies a cabeza... Todo eso era algo que ya teníamos y pensaba que eso y salir eran una delgada línea.

Pero me equivoqué.

Por la maldita Luna que me equivoqué.

No tenía idea de la vida tan espectacular de la que me estaba perdiendo y convenciendo que no necesitaba.

Poder tomar su mano con orgullo mientras caminamos, besar sus dulces labios antes de dormir abrazados, poder decirle "te amo" despacito durante el sexo, abrazarlo mientras estudia como si fuera el último día y agradecer a la vida por poder hacerlo; nada de eso se compara ni a la más satisfactoria de las experiencias... Y si, eso incluye al olor del café por las mañanas.

— ¿En qué estás pensando tanto? — la voz burlona de mi novio me volvió al paraíso en el que vivía junto a él.

El pelinegro jugueteaba con los rizos de mi cabeza mientras yo reposaba sobre sus muslos. Estábamos intentando ver una película en su sala, pero creo que yo era el único que no prestaba ni la más mínima atención a la televisión.

Sonreí para él para hacerle saber que no se trataba de nada malo.

— Solo... Meditaba en lo afortunado que soy de que me ames. — acaricié su muslo mientras recostaba mi oreja sobre esta.

— Jaja, no seas tan cursi~ — me pidió avergonzado, se volvía aún más lindo cuando sus mejillas se teñían de rosa.

— ¿Cómo puedes pedirme que no sea cursi cuando eres tan hermoso? ¡Estoy saliendo con el Omega más lindo de la tierra! ¡Mejor pídeme que deje de respirar, es más fácil de hacer! — me levanté de golpe y le abracé con mucho amor mientras él se reía a carcajadas.

Ataqué su mejilla con millones de besos, y al usar todo mi peso para abrazarlo, inevitablemente nos tiramos sobre el sofá. Yo caí encima de él.

— ¡Basta, jajaja! ¡Oye, ya! — suplicó, pero ni siquiera intentó apartarme de sí.

— ¡Te amo, te amo, te amo, te amo, te amo, te amo, te amooOoooOo! — lo apapaché con fuerza mientras le hacía cosquillas en las costillas.

En algún punto, ambos nos detuvimos y, cansados, solo nos dedicamos a sentir la respiración del otro contra el pecho. Yo simplemente metí mi rostro dentro de su cuello para bañarme en su embriagante aroma a vainilla.

— Yo también te amo~ — susurró mientras dibujaba con su índice figuritas sin sentido sobre mi espalda.

La habitación se llenó del silencio acogedor al que comenzaba a acostumbrarme.

— Jungkookshi... — me llamó.

Solté un perezoso "¿Mhm?" para pedirle que siguiera hablando.

— Hay una cosa que no puedo sacarme de la cabeza... Y me está matando. Creí que... Sería bueno hablarlo... — dijo en un tono serio, fue entonces que saqué mi rostro de su cuello, prestandole toda mi atención. — S~siento que debería pedirte disculpas por no haber notado tus sentimientos desde el principio.

STIGMA ~•Un Beta defectuoso•~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora