Tu único.

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~Advertencia de: contenido sexual explícito~

~Narra Jungkook~

Mi shock y confusión fue tal que incluso me levanté de la cama, pensando que mi cercanía repentina lo había irritado.

Él parecía molesto y no contento con gritarme, buscó cerca de sí mismo algún objeto, finalmente tomó la almohada en la que se recargaba y me la lanzó. Tuve la oportunidad de agarrar la esponjosa almohada antes de que se estampara en mi casa.

— ¿Que...? — titubeé confundido, después, él tomó una segunda almohada y me la lanzó. No tuve tanta suerte con aquella almohada, me golpeó la nariz. — ¡Auch! ¡Oye, eso duele!

— ¿¡Cómo te atreves!? ¿¡Cómo te atreves, maldito idiota!? — balbuceó.

Estaba tan confundido por la agresividad sin sentido de mi mejor amigo que mis labios solo se movieron sin pronunciar una palabra, quería preguntarle por qué se comportaba así, pero no sabía cómo.

— ¡Desapareciste de la cena sin dejarme terminar, no respondes mis llamadas he ignoras mis mensajes, dejaste de ir a la universidad para deshacerte de mi y, ¿Te atreves a llegar a mi casa fingiendo que te preocupaste por mi?! — se arrodilló a orillas de la cama y, de manera suave, comenzó a golpearme el estómago.

Dejé que siguiera golpeándome, era mejor dejar que se descargara para que después, al desaparecer la ira ciega, pudiera escucharme.

De repente, escuché un sollozo de parte del Omega. No me lo esperaba, pero repentinamente abrazó mi cintura y recargó su lloroso rostro sobre mi estómago.

— ¿Cómo te atreves... A hacerme extrañarte tanto, Beta idiota?... — se aferró a mi ropa.

Suspiré tranquilamente y decidí acariciar su cabeza.

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Jimin y yo tenemos años de amistad, y si hay algo que aprendí de todos esos años es que no hay forma más efectiva para tranquilizarlo que con la comida.

Estaba cocinandole algo americano, pulpos de salchicha con papas fritas. Él insistió en acompañarme hasta la cocina, así que se encontraba sentado frente a la mesa en silencio.

— Cuidado, está caliente. — le advertí mientras servía la comida frente a él.

Me senté en el lado opuesto de esa pequeña mesa para poder verle, no había cocinado para mí, no me apetecía, así que solo me dediqué a verlo.

— Gracias... — susurró con un pequeño sonrojo en sus mejillas, para después tomar lentamente una papa frita y comérsela.

— El motivo por el que falté a clases fue por un accidente automovilístico. — solté, pude ver cómo abrió los ojos enormemente.

— ¿Que...? ¿Y~y estás bien? ¿No te ocurrió nada grave? — de repente, la comida frente a sus ojos dejó de ser importante, lo que decía mucho de él.

— Estoy bien, solo fue el susto. — mentí. Me era difícil ya que era mi mejor amigo, al que le contaba todo, pero la curandera me había advertido no mencionar nada sobre aquella voz. — Y si ignoré tus llamadas y mensajes fue porque mi celular se estropeó en el accidente.

STIGMA ~•Un Beta defectuoso•~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora