Conciente, ¿pero a qué costo?

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Cómo podrán haber adivinado, no dormí mucho esa noche pensando en eso. ¿Quien podría dormir después de casi tener un encuentro con la persona que siempre soñaste?

Y esos pensamientos prevalecieron hasta la mañana siguiente, tenía la cabeza en las nubes.

— ¡Idiota, lo soltaste otra vez! — me regresó Yoongi a la realidad.

Gracias a su grito me di cuenta que había soltado el brazo de Jimin, quien aún seguía dormido. Me apresuré a ayudar al Beta y cargar a mi mejor amigo.

Ambos acordamos cargarlo hasta el departamento una vez que encontraramos el camino de regreso al edificio.

Planeabamos despertarlo, pero debido a lo impredecible que podía ser, decidimos que sería menos problematico tan solo cargarlo mientras dormía.

Nos llevamos de gratis muchas miradas extrañas y preocupadas de los transeúntes que nos miraban, pero debido a que Jimin y yo luciamos cómo estudiantes, la gente daba por sentado que solo éramos unos alcohólicos.

Fue difícil subir el cuerpo inconsciente por las escaleras, sobretodo por mi parte, ya que estaba bastante preocupado por el hecho de que Jimin colgara la cabeza, así que constantemente se la acomodaba de forma que no le provocara una contractura.

— Llegamos... — jadeó Yoongi, bastante cansado.

Asentí. Sentí como Jimin se volvía más pesado de golpe, lo tomé de la cintura para evitar que se cayera. Después me di cuenta que Yoongi lo había soltado.

— ¿Que~que haces? — le pregunté, asegurándome de no dejar caer al pelinegro.

— Yo ya hice mi parte. Es tu turno de cuidar a tu pequeña mascota, y ni pienses en volver a pedirme ayuda. — dijo mientras entraba a su propio departamento. Antes de cerrar la puerta me observó con advertencia, dejándome en claro que lo que decía era en serio.

Tragué grueso, ni siquiera sabía muy bien porque le había pedido ayuda al Beta más malhumorado del edificio, siendo que había otros vecinos que eran bastantes más amigables.

Entré al departamento de Jimin y bastó apenas un segundo para escuchar cómo el teléfono fijo sonaba sin descanso. Me apresuré a acostarlo en el sofá y contestar el teléfono.

¡Gracias a la luna, te estuve llamando toda la mañana! ¡Tu mamá y yo estábamos preocupados! Habló el padre de Jimin una vez que contesté, sin darme la oportunidad de hablar primero.

—  Hola, señor Park... Jimin sigue dormido, lo siento por no haber podido contestar... — lo saludé, jugando con el cable del teléfono mientras observaba a Jimin dormir plácidamente en el sofá.

¡Ay, hijo! Pude escuchar cómo la señora Park le había arrebatado el teléfono a su esposo. ¿Cómo estás, querido? ¿Te está yendo bien en la universidad?

Sonreí tímido, estaba comenzando a extrañar al señor y la señora Park, y me alegraba saber que ellos a mi también.

— Bien, se acercan los exámenes, estoy un poco preocupado... — le comenté.

¡Estoy seguro que los aprobaras todos, hijo! Escuché de fondo la voz del señor Park.

¡Shh! ¡Ha, Jungkook~ha, ¿Vas a venir con mi hijo a la cena de hoy?! Me preguntó la señora.

Me descoloqué, ¿Cena?... ¿Que cena?

— He... — tartamudeé, tratando de recordar si Jimin me había comentado antes sobre una cena.

¿Mi hijo no te lo dijo? Vendrán unos parientes de Corea del Norte a visitarnos y queríamos organizar una cena familiar para la ocasión. Estás formalmente invitado, querido. Explicó la señora Park.

STIGMA ~•Un Beta defectuoso•~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora