STIGMA ~•Un Beta defectuoso•~

Tu no de nuevo.

~Advertencia de: contenido sexual explícito~

~Narra Jk~

Me quedé mirándolo, confundido. ¿Que significaba esa expresión rara?

Y pareció ser que fui muy obvio con mis pensamientos, ya que el Omega negó con la cabeza y sacudió su mano para restarle importancia en cuanto me vió.

— Es solo que... — comenzó él, observando directamente mi cuerpo. Un spoiler: no miraba mis ojos. - Creía que el combo "grande y grande" no existía.

Me carcajeé debido a su actitud descarada.

— Oye, estoy tratando de mantener mi papel aquí y no ayudas... — le regañé un poco mientras me reía.

¿Como mantener mi postura de dominante si me daba cumplidos así de vergonzosos?

— Lo siento. Pero la última vez que lo ví... — fue ahí que lo detuve, le tapé la boca con ambas manos.

Podía sentir mi rostro arder.

— No menciones eso, ¿Si?... No en este momento. — le pedí avergonzado, y en cuanto asintió, le solté la boca.

"La última vez" fue un accidente. Ya que Jimin vive solo y es un miedoso de primera, es normal para nosotros que me quede a dormir incluso semanas enteras. Ese día solo salí de la ducha pensando que había salido de casa, pero no fue así y él... Vio...

— Basta de tonterías, sigamos, ¿De acuerdo? — me obligué a dejar de pensar en ese vergonzoso momento.

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Algo que Jimin odia de si mismo es que es muy sensible al tacto, cualquier roce puede dolerle o gustarle demasiado. A mí suele darme mucha risa, pero en esta situación me encantaba.

Bastó con cinco segundos estimulando su entrada para que, en lugar de burlarse de mí, cerrara los ojos y de sus labios se escaparan jadeos.

— ¿Por qué ya no te escucho reír? — le pregunté, a lo que él frunció el ceño en una expresión de derrota. — ¿A dónde se fué el Jiminie burlesco?

Hundí aún más mi lengua en su ya lubricada entrada, provocando un sutil espasmo en sus glúteos. Adoro esa mierda.

— Está bien... Está bien. — suspiró él, acariciando mi cabeza con ambas manos. — Tú ganas.

Antes de separar mi rostro de su culo, besé sutilmente el exterior. Para después erguirme frente a él.

Coloqué mis manos sobre sus rodillas y acaricé en círculos, mirándolo fijamente a los ojos.

Jimin apartó la mirada rápidamente, sin mucho esfuerzo deduje que mi expresión era algo a lo que no estaba acostumbrado, y eso le causaba vergüenza.

— Mírame. — le ordené mientras me colocaba en posición.

Negó un par de veces y me volteó la cara, desde mi posición podía ver un pequeño sonrojo en sus mejillas.

— No te lo estoy pidiendo, lindo. — alcé la mano y me atreví a azotar su muslo izquierdo, de su boca salió un lloriqueo que no supe diferenciar entre uno de dolor o placer.

Siguió sin obedecerme. Cosa que me hizo enfurecer.

Entonces tuve una idea, tomé mi pene y presioné mi punta contra su culo. Rápidamente respondió a mi acción, en su rostro se dibujó una sonrisa de satisfacción.

Cuando comencé a frotarlo alrededor su sonrisa se agrandó, pero después de segundos, aquella expresión se borró al notar que no tenía intenciones de meterlo. Alzó la cabeza y me miró frustrado.