Las fotos.

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~Narra Jimin~

¿Por qué no dice nada? Me pregunté nervioso.

Quizás fui muy abrupto... O probablemente no le gustó mi comentario y se sintió incómodo.

Dejé de acariciar la palma de su mano y me separé de su cuerpo pensando en que sería aquello último. Abracé mis piernas para recargar mi mentón sobre mis rodillas, fingiendo recuperar la compostura.

— Ejem... — aclaré mi garganta con incomodidad, necesitaba cambiar de tema rápido. — Hablé con el profesor Hun y te permitió estar en mi presentación...

— ¿En serio? — reaccionó rápido a esas palabras, contrario a mis palabras anteriores. — ¡Genial! Debería llevarle algo rico para comer como muestra de agradecimiento.

No volvimos a tocar el tema, y él no pareció darle mucha importancia, así que desistí con la idea de volverlo a mencionar.

Continuamos toda la tarde charlando sobre temas sin importancia hasta que la abuela de mi amigo le marcó por teléfono.

Él se levantó de la cama para hablar en privado con la Alfa. Jungkook había estado demasiado tiempo en mi departamento, era hora de que volviera con su abuela, por más que me pesase la idea.

— Si, anotado. — se carcajeó el Beta, escribiendo con un plumón falso en su libreta falsa. Me reí por su estupidez.

Una vez terminó la llamada, se acercó a la cama y besó mi frente con delicadeza.

— Me tengo que ir antes que cierren el mercado... — intentó erguirse pero yo lo tomé de la camisa rápidamente.

Mi miró expectante, esperando que le mostrara el motivo de mi agarre. Pero... Estaba demasiado avergonzado para decirlo...

Abrí mi boca unos segundos, creyendo que me había armado de valor para pedírselo, pero mis labios se sellaron solos. ¿Por qué me costaba tanto pedirlo? No era nada extraño...

— Tu... A~aroma... Mi~mi nido... — balbuceé, cerré mis ojos intentando desvanecer el sonrojo sobre mi rostro ya que, si lo veía a los ojos, mi vergüenza aumentaba.

— Ho... — me entendió rápido y se quitó su chaqueta, para después entregarmela. — Quieres mi aroma para tu nido, ¿No es así?

Asentí lentamente y con timidez, abrazando su prenda.

— Gracias... — susurré avergonzado.

Se tomó unos segundos para reírse de mi antes de irse. Cuando escuché la puerta principal cerrarse, por algún extraño motivo mi cuerpo se sintió caliente, en especial mi rostro, que parecía hervir.

Volví a refugiarme en mi nido, tratando de huir de la vergüenza que me acompañaba. Simplemente pataleé con frustración cuando el calor no hacía más que subir de temperatura.

Por más que lo pensaba, no encontraba una razón lógica para que algo tan tonto como pedirle su aroma para mi nido me causara este nivel ridículo de timidez.

— Deben ser mis hormonas... — me recordé a mi mismo lo que había dicho el doctor. Había mencionado que tendría problemas con mi ciclo menstrual, ¿No? Debe ser por eso que me abochorné tanto...

STIGMA ~•Un Beta defectuoso•~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora