Sueño lúcido.

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Quisimos entrar al oscuro lugar, pero una cerca de dos metros de alto nos impidió el paso.

— ¡Mierda! — sacudió la cerca mi Hyung.

Las feromonas de Jimin provenían de la oscuridad del callejón, no iba a permitir perder un segundo más.

Rápidamente tomé mi camisa y comencé a quitarmela, al igual que mis pantalones y zapatos.

— ¡Mierda, ¿Cuántas pollas voy a ver hoy?! — comentó asqueado el mayor.

— ¡Voy a transformarme, tu encuentra otra forma de entrar al callejón! — le ordené mientras terminaba de desvestirme.

Yoongi asintió y se apresuró a correr, buscando otra entrada.

Afortunadamente no había gente alrededor, así que pude transformarme sin interrupciones. Salté la cerca de un salto y me precipité hacia la oscuridad.

— ¡Apresúrate, quítale los pantalones! — escuché a la distancia.

Instintivamente mostré mis dientes y apresuré el paso.

— Tranquilo, no hay forma de que alguien... — fue lo último que dijo mi víctima antes de que atrapara su brazo entre mis colmillos.

Lo sacudí como si de un trapo se tratara, sus gritos de dolor me reventaban los oídos.

Que ruidoso... Me quejé, para después soltarlo en medio de mis movimientos, entonces el hombre salió volando por arriba del edificio a mis espaldas.

— ¿¡Que~que demonios eres!? ¡¡A~alejate de mi, bestia!! — dijo el segundo hombre, soltando el brazo de Jimin y cayendo de culo al suelo. Todo su cuerpo temblaba.

Mostré mis colmillos y gruñí mientras me acercaba a pasos cortos hacia él. Cuando lo tuve de frente, él solo podía ver mis enormes dientes.

Soy alguien que desearás no haber conocido. Le expliqué.

El tembloroso hombre metió su mano a su pantalón y de él sacó lo que parecía ser una caja con un botón; me apresuré a patear su mano con mi pata para alejar ese objeto de él, sin embargo, pudo apretarlo antes de que lo hiciera.

Me enfurecí por su audacia y antes de que pudiera hacer otro movimiento, presioné su cabeza contra la pared, dejándolo completamente inconsciente.

Me giré hacia Jimin, quien de inmediato se levantó para abrazarme.

— Jungkook... — sollozó entre mi pecho lleno de pelo.

Estás bien. Ya no pueden hacerte daño. Alzé una de mis patas para abrazarlo, queriendo tranquilizarlo.

— ¡Aléjate de él, imbécil! — Yoongi apareció desde el cielo y me pateó un ojo.

¡Maldita sea! ¡Hyung, soy yo! Me aparté de Jimin para poder sacudirme y sacarme el dolor.

— ¡Mierda, eres tu, mocoso! ¡E~es que te confundí con un matón! — me excusó.

— ¡Aquí es! -— escuchamos una voz.

Alzé la vista, viendo cómo en las escaleras exteriores de los edificios a mi alrededor aparecieron hombres que parecían ser pandilleros.

— ¿¡Que carajo pasó!? ¿¡Dónde están Leonart y Shinwha!? — preguntó uno de ellos.

— ¿¡Ustedes tiene algo que ver con esto!? — nos preguntó uno de ellos.

¡Súbanse a mi lomo! Le grité a Yoongi.

— ¿¡Que!? — frunció el ceño, preocupado.

— ¡Maten a esos infelices! — ordenó uno de los hombres, a lo que los demás matones comenzaron a saltar hacia nosotros.

STIGMA ~•Un Beta defectuoso•~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora