JimJim.

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~Narra Mimi~

Se lo veía nervioso, sin saber que decir o por dónde comenzar. Veía hacia todas direcciones menos a mis ojos, comenzaba a perder la paciencia.

— ¿Y bien? — le pregunté, ni siquiera había comenzado a hablar y ya me tenía de los nervios.

— Pe~pero necesito que me prometas que no vas a enojarte. — me pidió y yo, en respuesta, alcé una ceja, ambos sabíamos que eso no iba a ocurrir. Simplemente suspiró pesadamente y aceptó su destino. — Encontré estás fotos en mi escritorio hace unos cuantos días, con ellas había una carta en la que me pedían algo a cambio para no difundirlas...

Mi respiración se detuvo por unos segundos, me tomó un momento procesar lo que me había confesado. Mis labios temblaron en una quebrada pregunta.

— Tu... ¿¡Tuviste la oportunidad de evitar toda esta mierda y tú... Si~simplemente te negaste!? — lo empujé lejos de mi, estampando aquellas fotos sobre su pecho. No pareció reaccionar a mi agresividad, como si él mismo supiera que tenía todo el derecho a enojarme con él.

— Tienes que entenderme... Me pedían algo imposible a cambio... — explicó con un hilo de voz.

Chasquée la lengua con molestia, no me interesaba escuchar sus excusas. Solamente me di medía vuelta he huí de allí.

Me siguió y jaló de mi mano para intentar detenerme.

— Jiminie, por favor... — me pidió, a lo que yo me solté de un solo movimiento. — Jimin, en verdad... No podía darles lo que querían...

— ¿Ha, si? Dime. — me di medía vuelta y lo confronte. — ¿Que te pedían? ¿Un pedazo de la luna a caso? ¿Millones y millones de wones o quizás una joya sumamente difícil de conseguir?

— ... No, nada de eso.

— ¿Y entonces que? — le pregunté, alzando la voz.

— Es que... No te lo puedo decir... — confesó, entonces el cable de mi cordura se rompió.

En mi pecho ardía la llama de la irá, mi cuerpo temblaba debido al odio pero mi garganta y ojos estaban siendo atacados por la tristeza. Sabía que no era buena idea seguí allí, no podría hacerme responsable de mis actos, así que me fui, y para evitar que me siguiera de nuevo, corrí lejos de él.

Ya ni siquiera podía ver con claridad debido a las lágrimas que cubrían mis ojos. Choqué un par de veces con algunos lobos antes de llegar a uno de los jardines de la universidad.

— ¡¡¡Ahhggggg!!! — grité con odio, tomando mi maletín y lanzandolo lejos. Ya no quería saber nada de nadie, estaba cansado, herido, lastimado y eufórico.

Estos últimos días fueron como un infierno para mí, el acoso constante era algo que succionaba todo mi amor por esta escuela. Ya no me sentía seguro en esta universidad, me sentía vigilado, despreciado y acosado todo el tiempo.

Ya ni siquiera podía caminar solo por los pasillos sin recibir insultos y acoso de Alfas y Omegas por igual, todos enterados de mi relación con un “ser inferior”. Hice todo lo posible para no culpar a Jungkook, porque no era su culpa la mierda que otros tenían en el cerebro, pero ahora... No sabía que pensar.

Él estaba enterado de lo mucho que me dolía toda esta situación, de lo cansado que estaba... Y el solo hecho de saber que tuvo la oportunidad de evitar todo este infierno... Me daban arcadas.

Traté inútilmente de limpiar mis incesantes lágrimas con las mangas de mi camisa, me senté en el pasto con cansancio, había corrido demasiado. Todo esto era demasiado difícil para mí...

STIGMA ~•Un Beta defectuoso•~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora