Moonknight: One-shots

Te amo, Steven: 2/3

Todos los días eran parecidos en la mañana para ellos, Steven se levanta primero, se ducha y prepara el desayuno. Marc duerme esos gloriosos 20 minutos extra. Platican de lo que harán en el día, si lo pasa a buscar al salir del trabajo o no, si tiene que conseguir algo en el mercado, etc. Por más cotidiano que suene, es necesario para ellos, es su manera de compartir sus actividades, de hacerlo juntos de alguna forma, de estar presentes para el otro a pesar de las horas laborales.

_El otro día pase por una pastelería y vi que preparan vegano a pedido, podríamos hacer el sábado de películas mientras comemos una deliciosa porción de pastel, que te parece?_ le comenta Marc mientras lava los platos, esa era la regla, uno cocina, otro lava.

_Que rico suena, amor_ le da un besito y corre a la puerta a ponerse sus zapatos_ nos vemos a la tarde, voy a llegar tarde... otra vez, te amo.

Se esucha el sonido de la puerta, Marc sonríe, a pesar de que despierte temprano, nunca va a llegar a tiempo. Ese es su chico.

Steven corre el bus, sube agitado y pidiendo disculpas. Se logra sentar y suspira cansado. Sabe que Donna lo va a regañar de nuevo, siempre es lo mismo, aunque no quiere admitir que esta acostumbrado, lo está. Pero no es que quiera hacerla enojar por que si, es que quiere pasar el mayor tiempo posible con Marc. Ese es un problema que tiene, siente que si no le presta la mayor atención posible, se aburrirá, que si no le da lo que le gusta, lo dejará, que si no se ve lindo, se asqueara. Sabe que su novio no haría eso, porque lo ama sin importar sus "defectos", pero las inseguridades surgen cuando no tienes amor propio.

No es por hecharle la culpa a Marc, pero una vez le mostró fotos de sus viajes con Layla, su ex. A pesar de que sólo queria mostrarle los lugares que conoció y comentarle lo que aprendió, solo podía pensar en que Layla era mucho mejor que el. Una mujer hermosa, alta, inteligente, con tiempo como para viajar a Egipto y otros tantos lugares que a el le encantaría visitar con Marc, pero no puede, no tiene ni en dinero ni el tiempo... se siente un fracasado que no logro más que ser el vendedor de regalos inentendibles en un museo. Cada vez que recuerda a esa mujer, su humor cambia radicalmente.

Llegando ya pudo divisar a Donna, solo le dijo que tendría que hacer el inventario y que se apurara, por suerte fue menos grosera que de costumbre. Ya estaba en su hora de almuerzo, pero no iba a comer, no podía permitirse comer hoy si sabía que el sábado comería pastel, engordar no era opción, por eso se puso a hacet el inventario. Mientras pensaba todas estas porquerías, alguien le tocó el hombro, con un gritito se giro.

_Por todos los Dioses, Jake, casi me muero del susto.

_Hola precioso novio de mi mejor amigo_ Steven le dijo que ese no era su nombre, señalando su etiqueta, pero a Jake no le importo_ venía a preguntar como estas con el tema.

_No se de que tema hablas.

_Que Marc se va a América?, pensé que ya te lo había dicho_ dentro de el, sonreía.

Los ojos de Steven se aguaron, pero no soltó lágrimas. Sabía que en algún punto, eso pasaría. Era obvio, si no es nada en comparación de las ex de Macr o siquiera era alguien para él, solo era un idiota de Londres. Miró a Jake y negó, la verdad es que no quería hablar.

_oh, bueno, hablalo antes de que se vaya y dejen todo sin resolver_ le palmea la cabeza como un signo de aliento y se va.

Ese hombre era una mierda con el desde siempre, desde que Marc los presentó, pero obviamente no podía decirle que lo trataba mal, era su mejor amigo y quizá no le creyera o pensaría que es un tóxico. No quería que Marc pensara mal de él, en ningún sentido, por los dioses, que eso nunca pase.

Termino de hacer su tarea y volvió al puesto de regalos. Toda la tarde fue de un pensamiento negativo a otro, así hasta que termino su turno. Suerte que le dijo a Marc que volvería solo, así le daba tiempo de pensar sin tener que atender clientes a cada rato. La verdad es que estaba un poco cansado de nunca disfrutar al cien la relación por estar pensando siempre en estas cosas malas, era cansado y estresante no poder relajarse, ser el mismo, por miedo a quedar solo otra vez. Si Marc se quería ir a América, que lo haga, ya estaba acostumbrado a estar solo...pero, no. Porque tenía que dejarlo ir sin pelear? Porque tenía que guardarse estos sentimientos amargos siempre? Son pareja hace dos años, Marc debería entender que tiene que hablar de ellos, para mejorar, ambos. Tiene que plantearme esto a el y tiene que ser hoy, porque y si se iba pronto?, por los dioses, no puede dejar de pensar.

Así que llego a casa y lo único que hizo fue sentarse en frente de Marc, que leía algo en su celular y al no recibir respuesta a su saludo, se preocupo.

Tenía una cara seria y amarga, porque así estaba dentro de él. Todas estas preocupaciones lo estaban ahogando, ya estaba al limite de su capacidad mental, tenía que soltarlo de alguna forma. Ya no podía dejar de comer o darle todo el tiempo a Marc, también tenía que tener su espacio, sus actividades solo (que no sea el trabajo), no es culpa del mayor, nunca le dio ni una razón para creer que por comer lo que le guste o pasara su tiempo libre leyendo sobre tumbas de faraones, se iba a enojar, pero las inseguridades de uno se vuelven su peor enemigo. Así que se armo de valor, retuvo las lágrimas, a pesar de que su nerviosismo y angustia se noten en sus manos que no dejan de tocarse, soltó la pregunta.

_Es verdad que le dijiste a Jake, que quieres irte a América?.