Principe inesperado

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AVISO: leer con discreción, temas sensibles.

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Mi vida se basa en la desesperación por tenerle pánico a la muerte, en mi decepción por lo cobarde que soy ante ella y por la frustración de querer cambiar, ya que la muerte no era opción, pero no poder por todos los componentes anteriores. Podríamos estar en la misma habitación y no te percatarnias de mi, sino hasta que cambie la hoja de mi libro, podríamos estar en la misma aula, teniendo los mismos compañeros y mi nombre no sería recordado como uno de ellos. Así es mi vida, angustia y soledad, algo de decepción y un toque de antidepresivos que no sirven para nada porque no son antidepresivos, son cosas que venden diciendo en la etiqueta, que pueden o no servir, depende del paciente y yo, no soy uno de los que si, soy uno de los que no.

Pero no todo es tan malo, en mi parecer, lo que nos hace más humanos es el poder enamorarnos, el ver a otro ser de la misma especie y poder entenderlo más allá de lo reproductivo. Ya ven, estoy enamorado de un compañero de clase, pero para él solo soy la sombra del salón, seguro ni sabe mi nombre. Cabe decir, que media escuela está enamorada de él, es el chico más popular, dirán, porque me enamore de él, si es tan básico como chico Disney?, pues, porque tiene una hermosa voz. Escucharlo hablar en su acento latino me hace recordar que existe algo más que solo mi pueblito inglés, que tengo opciones, que puedo ir a otro lugar donde quizá, perdiéndome en su forma y creatividad, pueda encontrar mi razón de ser.

Todos lo aman por eso, es exótico, además de bien parecido y elegante cuando quiere. Se varias cosas de él, ser un ser de sombra te da esa posibilidad, esuchar sin ser visto, quizá podría ser buen espía, pero creo que para eso necesitas capacidades, las cuales, no tengo.

Odio las clases de gimnasia, me obligan a participar en algo social, no es como los trabajos de materias no físicas, donde puedo decir que hago el trabajo solo, nadie del grupo asignado va a estar en contra de eso, mejor para ellos en realidad, nadie quiere estar con la sombra. Pero además de eso, debo usar el uniforme, pero justo hoy olvide mi sudadera, la cual siempre uso, no importa si es invierno o verano, siempre, hay algo mucho más importante que yo sudando, que es ocultar mis cortes. Si, típico, un depresivo que hace eso. Pero no empecé yo, me lo enseñó una amiga que tenía a los trece, me dijo que cuando lo hacía, le fascinaba ver como corría la sangre, pero que lo mejor era el dolor de la sanación. Lo intenté y no pude parar.

Quedan pocos en el vestuario, yo siempre tardo lo máximo posible hasta que el profesor entra buscándome, ya sabe la rutina. Me digo que puedo pedir una sudedara prestada, es verano y seguro alguno la tiene guardada en el casillero, pero cuando volteo, el único que queda es Jake, mi crush. Es tan bueno que seguro que si tuviera la sudadera, me la daría, pero no pienso hablarle, no puedo infortunarlo con mi existencia, no se lo merece, pero antes de que pueda seguir en mi espiral de tristeza, esucho que habla.

_Estas bien?_ su voz suena preocupado de verdad, aunque puede ser por su propia seguridad, esuchar a un raro susurrar debe ser bastante tenebroso.

_S-si...creo....olvide mi sudadera_ intento sonar lo más persona posible, pero no se si lo logró.

_Porque quieres eso? Hace calor, aunque para mi es bastante fresco, no sabes el calor que hace en mi país, esto no es nada_ se voltea, creo que lo está buscando_ pero si tanto lo necesitas, tomá, me lo devuelves después.

Lo tomo muy lentamente, en no deja de sonreírme. Al tenerla sujeta en mi pecho, el me saluda con la mano y se va. Siento su esencia pura sobre mi, eso me hace feliz, al fin, ya no recordaba lo que era la felicidad dentro de mi cuerpo. Su olor me tranquiliza, me hace sentir cerca a él, me esperanza.

Hacer educación física siempre es una tortura, pero hoy se vuelve mucho peor, con el olor y la sensación de Jake, con mis heridas aún sin sanar y con la constante presión del maldito profesor con que golpee la pelota almenos una vez, odio el voley de muchas formas. Luego de bastante, logró golpear la pelota, pero perdemos un punto, así que recibo los gritos no solo de mi profesor, sino también de mis compañeros, me siento mucho más cohibido y odiado que hace unos minutos, ojalá pudiera dejar de venir a estas clases. Mis ojos siempre se van hacia Jake, él fue el único que en las burlas e insultos, se quedó callado, incluso miró mal a sus compañeros de equipo. Gracias, príncipe mío, por sin importar lo que puedan decir de ti, intentas defenderme a tu manera.

Moonknight: One-shots Donde viven las historias. Descúbrelo ahora