Moonknight: One-shots

Bi-Panic

El camino a mi trabajo es siempre de la misma manera, gran parte de la culpa es mía, el quedarme hasta tarde leyendo sobre el antiguo Egipto no es de mucha ayuda si tienes que levantarte al otro día a las seis para ir a trabajar. Casi siempre llego a la parada del bus gadeante por haber tenido que correr hasta ahí. Creo que los habituales están acostumbrados a eso.

Pero por suerte hoy pude conseguir asientos libres, pero no por una festividad nacional o algo parecido, sino porque es domingo. Donna me castigo haciéndome ir a trabajar el único día que el museo permanece cerrado, solo porque accidentalmente una jarra (de metal) cayó al suelo, quizá empujada por mi codo, por haber estado en las nubes pensando en miles de cosas a la vez. Por suerte, a la jarra no le paso nada, pero Donna la uso a su favor para tomar esta represalia de tener que ir hoy para revisar que el imbentario este completo (que no falte nada porque sino me dirá que es mi culpa).

Pero no es momento de pensar en eso, debo ser más positivo, no dejarme vencer por mi mente que es muy hábil en sobrepensar y verle el lado lindo a la situación. Puedo viajar más tranquilo, tendré el museo para mi solo, podré escuchar música y quiza, bailar en la sopa de estatuas griegas. No, eso sería muy tonto estando solo, quizá acompañado, como en esa película de Amazon Prime. Yo no tengo a nadie.

Otra vez, mi cabeza llegó al punto muerto de siempre. Dejándome en la desolación total. Un suspiro fuerte hace que la persona, la cual no sabía que había tomado asiento a mi lado, me mirara.

Es una hermosa chica con cabello rizado, voluptuoso, sus manos (las cuales sostienen la agarradera del asiento del frente) son delicadas y suaves, sus facciones dulces, sus ojos profundos que me miran como intento saber que me pasa me hacen sentir un escalofrío por toda la columna vertebral. Su sonrisa, la cual me entrega amablemente, es tan amorosa, tan luminosa, que mis pensamientos negativos me abandonan. Luego de unos segundos con nuestras miradas sobre el otro, ella vuelve a mirar a alguien.

Un hombre, quizá un poco más alto que yo, con músculos tan marcados que puedo notarlo aún con la ropa puesta, su cabello es ondulado, esta peinado hacia atrás, haciendo que ver su cara sea más fácil. Las arrugas de su frente están marcadas, parece enojado, pero la chica está contenta, ella no está enojada, así que debe ser su expresión natural. Las manos, las cuales sostienen la baranda de arriba, son gruesas y firmes, logro ver algunos cayos en la palma. De repente, sus ojos, marrones como el chocolate, me miran fijamente.

Okey, estoy teniendo un Bi-Panic aquí.

Creo que ellos lo notan, porque la chica me vuelve a sonreír leadenado la cabeza, causando que algunos de sus rizos caigan sobre si cara, el hombre me da una sonrisa tan mínima que podría incluso que casi ni existió, fue como el 50% de una sonrisa, en realidad.

_Estas bien?_ pregunta la chica_ están todo rojo.

_Eh...yo...no...sé_ intento no mirarlos, pasando mi mirada a mis rodillas.

_Te asusta este de aquí?, no le tengas miedo, esa cara de estar oliendo mierda la tiene siempre.

_Layla_ la voz del hombre me hace dar un respingo, es tan grave, tan dominante_ déjalo en paz.

_Okey, si estas bien, no hay problema.

Abrazo mi mochila, haciendo el ademán de pararme, ya que la siguiente es mi parada, la chica se levanta para dejarme pasar, ella se despide con una mano. El hombre espera a que termine de salir del lugar para hacer lo mismo, pero no sin antes que nuestros brazos de rocen.

_Nos vemos_ no se porque dije eso, pero lo dije.

_Si, nos vemos.

Definitivamente tendré esa voz en mi cabeza esta noche, antes de quedarme dormido, podría imaginar que estoy con ellos. Que me ayudan con mi insomnio, que me abrazan, que me dan cariño, que podria llegar a ser amado por personas como ellos, por una chica dulce y exteovertida y un hombre fuerte y amable. Soy patético, pero soñar es gratis, verdad?

Les doy una última mirada antes de bajar del bus. Están hablando otra vez entre ellos, ella hace ademanes graciosos y el la escucha como si todo lo que sale por su boca es maravilloso y merece ser apropiado.

Otra vez, mi mente hace que algo tan dulce como el amor, la amabilidad, se vuelvan en una bruma oscura, que termina en esto.

Quizá si haga lo de bailar con las estatuas, quizá no sea tan malo.

Merezco amor, verdad?.

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Gracias a mi amiga Sabri, la cual me hizo volver a tener ganas de escribir y a Pedro Pascal que sin saberlo, me inspiro a hacer este one-shot.