La sonrisa que puede salvarte

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Las noches oscuras y silenciosas, las mañanas agitadas y angustiosas, las tardes terroríficas y llenas de deseos, pedidos susurrados de forma suplicante.

La guerra es un concepto mundial, no creo que exista un solo humano que no sepa de ella, que no entienda lo que conlleva o que las familias no tengan pánico de que sus hombres sean enviados al frente sin oportunidad de denegar la petición, todo con la idea de "defender el pais". La mayoría de los hombres de mi pelotón no tienen más de veinte años, chicos que fueran sacados de sus universidades y hogares calidos para venir aquí, un lugar sucio, edeondo y horrible para pelear por un país que los trata como pedazo de carne capaces de sostener un arma.

Muchas noches escuchas el llanto, los quejidos, las súplicas, como su líder los dejo hacerlo y me gustaría darles más tiempo, quizá algo de afecto, pero seria pura mentira porque volveríamos a abrir los ojos en medio del bosque, quizá un prado, caminando de manera lenta hacia el frente el cual pide refuerzos. Como militar experimentado se que más de la mitad no volverá a ver a sus familias y quienes lo hagan no serán los mismos, nada bueno sale de esto, no para ellos, solo para los politicos que ahora mismo están en sus misiones, calientes sentados en sus sillones mullidos, con sus bolsillos llenos de dinero mientras decenas de ciudadanos de el país que buscan defender son acribillados y asesinados por ciudadanos del otro país que están en la misma situación. No existe la felicidad aquí, almenos no es persistente, es más bien esponatea.

Pueden encontrar la belleza en esto, no la hay en las armas o los uniformes, mucho menos en la comida enlatada que sabe a suela de bota, pero si hay belleza cuando la noche es tan pura que logras ver alguna que otra estrella fugaz que es usada para implorar el regreso a casa, también lo hay cuando en medio del bosque encuentras aves hermosas que regalan un canto misericordioso, en los colores anaranjados del atardecer que recuerdan a las tazas de té en casa de la abuela. En mi caso, en Steven.

Se que no debería hacer amistad con mis soldados, va en contra del reglamento pero el, con su mirada infantil, con sus comentarios positivos en la situación más oscura, su risa y todo de él es atrayente, no puedo evitar sentir que mi corazón es llenado de amor, sentir que vuelvo a ser un hombre capaz de amar. Se que me ama, me lo ha dicho muchas veces, tengo miedo de que sea una mera creencia creada por la muerte que nos repira en la nuca, queriendo sentir algo de cariño antes de ser llevado en sus frios brazos. Pero voy a dejar que suceda, sea como sea, su compañía me ayuda a seguir adelante, porque también lo amo.

_Te traje la cena_ entra en la carpa con un pedazo de pan y un vaso de agua de dudosa procedencia_ no es mucho, pero te doy mi pan si tienes mucho hambre.

_No, estoy bien_ le doy un beso en la plama de su mano y creo caer perdido en sus mejillas sonrojadas_ me ayudas con la traducción?.

Mi muchacho es inteligente, a logrado comprender el almenan en tan solo una semana de leer el diccionario, me ayuda a comprender que dicen los diarios enemigos, quizá sacando alguna información útil.

_Dice que van a aumentar los fondos para las armas, comida y trasporte, supongo que se refiere al tren.

_Carajo, si logran eso van a llegar antes, los que están al frente no aguantarán sin nosotros.

Sus ojos preocupados, su hermoso rostro contraído en angustia. La situación no es buena y aveces quisiera tan solo salir corriendo aferrado fuertemente de su mano, ser solo dos hombres enamorados, sin pensar en la terrorífica guerra. Ilusiones nada más.

_Mañana no descansaremos al medio día, usemos el camino largo para ir por el bosque, nos desviariamos solo unas horas pero llegaríamos más rápido.

_Y más cansados, mierda!_ me gustaría gritar pero eso espantaria a todos, solo puedo apretar los puños que son sostenidos con amor por él.

_Ahora no puedes dudar, Marc, es tu deber guiarnos a...al frente. Haremos lo que decidas, pero se que sea lo que sea es la mejor opción.

Moonknight: One-shots Donde viven las historias. Descúbrelo ahora