Capítulo 18

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Narra Hailee

¡Te vas a caer, carajo!—Sophie me jaló del brazo porque me encontraba de espaldas a la orilla de la cama, un poco más y al piso.

Por fin íbamos a pasarla juntas sin tener que apurarnos por dormir temprano, ya que ninguna trabajaba al día siguiente.

—¡Muero de hambre!—dije desesperada. Habíamos pedido unas cheeseburgers por delivery y se demoraban la vida entera.

—Me gusta verte así, cariño—acarició mi rostro.

—¿Así, desesperada?—me acerqué más a ella, quería jugar un poco.

—Te ves mucho más enérgica que hace dos semanas. Creo que te está haciendo bien ir a terapia y volver a entrenar—había olvidado mencionar ese detalle. Estaba con sesiones dos veces por semana para progresar mucho más rápido, y sinceramente me estaba resultando.

—¿No quieres... aprovechar esta energía que cargo?—dibujé círculos en sus mejillas, haciendo que estas mismas se tornen del mismo color de su cabello.

—Idiota, ¿qué cosas dices? Está bien que te sientas mejor y que tu autoestima esté casi por las nubes, pero Hailee Steinfeld no es una perra roba novias—me reí coqueta.

—¿Según quién?—me acerqué más a su rostro.

—S-Según, S-Según—no pude más y estallé en risa cuando la vi relamerse el labio inferior—¡Hey! ¡Juegas sucio!—me empujó, y esta vez sí me caí—¡Perdón!—me extendió una mano para levantarme. Yo estaba riéndome tanto que no sentí el golpe—Al lesbianismo dile no. Luego estás llorando y el doble de lo que lloras con un hombre—la miré curiosa y a su vez extrañada.

—¿Cómo es?—toda mi atención se fue a ese punto de la conversación. De pronto sentí mucho interés por aprender sobre el tema.

—Es—miró hacia algún lugar del techo blanco—Es así como Romeo y Julieta. Cada que lo pienso, y por mi experiencia en la adolescencia, me imagino a una cajita musical, con una hermosa bailarina en el centro. Una vez que da vuelta y la música suena con ella, no quieres que pare. Se siente tan delicado, tan suave, tan dulce. Cuando la música disminuye en velocidad, de pronto parece ser tétrico, y es que al surgir los problemas, sientes como si te quitasen la respiración, lentamente, pero sigues y no desistes hasta no encontrarle más sentido. Claramente la ruptura, como en toda relación, es la parte más dolorosa, pero creo que en "esto", lo es más por el mismo hecho de que dos mujeres suelen comprenderse mucho, por lo que terminan atadas a la otra, y al momento de tener que distanciarse, los corazones parecen desgarrarse, y sangra y sangra, hasta que bueno... no queda más que avanzar—suspiró—Pero hay quienes corren buena suerte—sonrió sincera—Y esos amores son los más lindos. Mas sí diría que el amor de dos mujeres siempre será trágicamente hermoso—definitivamente parecía Romeo y Julieta, incluso se oía más dolorosa.

—Nunca me he enamorado de una mujer—dije con la vista congelada—Pero por lo que dices, es algo que hay que pensarse varias veces. Es decir, tienes que ser muy valiente. Además, la sociedad en la que—

—La sociedad y la industria, Haiz—acarició mi mano—Una vez que deja de ser secreto, ellos parecen querer eliminarte—asentí cabizbaja.

—Y tenemos tantos amigos que por eso no pueden decir la verdad—fruncí mis labios.

—Mierda—Sophie se vio disgustada apenas tomó su teléfono.

—¿Qué sucede?—le pregunté confundida.

—Es que Ella arregló con su noviecito—rodó los ojos.

—¿Y eso es algo malo?—me recosté sobre mi almohada.

AfterlifeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora