Capítulo 35

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Narrador omnisciente

La situación quedó aparentemente estable. Por un lado, Hailee había comenzado a pasar por pruebas parentales para poder convertirse en tutora legal de la menor, por lo que se la había llevado a New York para que las acompañase en grabaciones, junto con una encargada social. Sin embargo, con el pasar de los días, cada vez se embobaba más de esa pequeña adolescente que le robaba sonrisas todos los días. Pensaba en que quizá podría ser más que una tutora, algo así como obtener la custodia completa. No iba esperar que la llamase "mamá", porque ya no era una pequeña niña, pero ese cariño que la llevaba a reformular sus ideas, había dejado de ser uno como el de las hermanas mayores. Realmente deseaba cuidarla por siempre.
Por otro lado, Ella tomó la firme decisión de llevar terapia los fines de semana, porque quería ponerle fin a esa permisividad propia de maltrato externo. Debía ser fuerte y segura, para actuar con razón y objetividad. Además, no pretendía llevar a cabo una relación por dependencia, por lo que tuvo una conversación con Hailee al respecto.

Buenos días—cabe decir que le comentaron a Alena y a sus amigos sobre "eso" que tenían—Que linda e—

—Cariño—Ella le dio un beso en los labios—Necesitamos conversar—ambas se colocaron con la espalda apoyada en el respaldar, y con una Lara completamente dormida en el medio de ambas.

Dime antes que la enana se levante—susurró la mayor.

Haiz—tomó au mano con cariño—Cada día me convenzo más de lo que quiero contigo, pero no me gustaría entregarte pedazos míos, menos si estos vienen con miles de heridas—Hailee la miraba atenta—Yo he decidido que seré constante con las terapias. Primero por mí, porque quiero aprender a enfrentar y a desarrollar más firmeza; y segundo, porque si en algún momento concretamos lo que venimos planeando con alegría, entonces quiero que lo hagamos estando bien con nosotras mismas—Lara ya se había levantado, solamente que no abría sus ojos por querer escuchar.

Te quiero feliz, es todo—Hailee acariciaba las manos de Ella—Iremos a un ritmo que nos permita conocer nuestros sueños, que nos permita aprender y en ese camino aceptarnos por completo, con errores y virtudes—Lara por fin se colocó en medio de ambas para acurrucarse.

Mmm, ahora bésense—las abrazó y se quitó de en medio para darles espacio.

No, no puedes ver eso, nenita—la adolescente rodó los ojos.

¿Son conscientes que ya tengo doce?—se cruzó de brazos—Sé también que después de los besos sigue-

Ella le cubrió la boca.

Alto ahí, señorita. Eso aún...—

Este par también merece un espacio de descripción en la historia.

Todos somos conocedores de quiénes son estas dos, Susan y Mattie. Ellas, en el pasado tenían un amor bastante grande por la otra, a pesar que Martha muchas veces sintió perderlo, nunca dejaría de ser la mujercita de Sue. Por ello es que, en el presente, a pesar de que Ella no tenía conocimiento de su verdadera identidad, le tenía tal cariño, que podía estar noche y día observándola sin cansarse. No sabía de aquel lazo que las unía, pero sería capaz de brindarle felicidad y mucho amor.

—Haiz, ¿cómo le va a Lara con la psicóloga?aquello no era una opción. Después del impacto por la muerte de su familia, la niña asistía a un programa de contención.

—Gracias al cielo solo progresaambas por fin caminaban de la mano dentro del local, porque todos ahí lo sabían—¿A ti cómo te va?se aseguró que nadie estuviese caminando por ahí—¿Lista para ser mi novia?le hizo un par de cosquillas en el cuello.

AfterlifeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora