Capítulo 36

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Narrador omnisciente

La vida de los artistas no solo se ve por la cantidad de maquillajes y cambios de ropa en un solo día, sino en lo inesperada que es la vida, que no entra en contrato. No importa de quién se trate o el impacto que este cause, si había una entrevista, un concierto, o un compromiso en general, debía asumirse con la cara pulcra y la sonrisa de película.

Ella y Hailee habían esperado meses, para por fin comenzar a grabar de manera oficial. Tenían luz verde en el camino, pero no podía ser todo perfecto.
Días antes de el emocionante suceso, la asistente social y la abogada de la familia Clark, pusieron en contacto a la actriz, para cumplir con su parte y pasar el tiempo que les correspondía con la niña. Así es, había una familia de clase alta que estaba interesada en adoptar a la menor. Y aunque esta última se resistía, sabía que debía mantener la compostura. Tampoco es como si Amanda y Louis Clark fuesen malas personas, eran adultos bastante cariñosos y de buenos valores, pero no logró formar esa conexión especial que desde el día uno tuvo con ambas muchachas.

—¿Bueno?—Hailee por fin logró contestar. Eran las tres de la mañana y le extrañaba que alguien quisiese comunicarse con tanta insistencia a esa hora.

—Disculpa que te llame, linda, pero debemos conversar lo más pronto posible—Esa era su abogada, la que estaba ayudándole en el juicio para obtener la custodia legal de Lara.

—Sí, sí. Dame un segundo, que no quiero despertar a nadie—se aseguró que tanto Ella como la niña, no se levantasen—¿Y bien?—se colocó un abrigo por encima del pijama para permanecer fuera de la habitación, justo en el balcón.

—Es Lara—al oír eso, Hailee terminó por despertarse—Los Clark están tomando ventaja, y el juez ya aceptó que antes del fin de semana puedan llevarla a Los Ángeles para que cumplan el tiempo que les toca con ella—la chica tragó saliva.

—¿Pero no era a partir de la quincena?—suspiró intentando guardar la calma—No estoy entendiendo por qué de pronto ellos se verían en una mejor posición—apretó sus labios.

—Bueno... recuerda que son una familia. Sabes que un niño necesita un padre y una madre. Ellos son buenos candidatos—Hailee sintió un nudo en la garganta—Además de nunca endeudarse, no tienen problemas en su matrimonio y-

—Ya entendí, ya entendí—no quería pensar en la gran ventaja que la pareja le sacaba.

—Hailee, haré todo lo posible para que salgas victoriosa, ¿está bien?—Ella se había levantado ya, pudo verla a través de la ventana.

—Solo quiero que esté bien, y si ellos son los que están destinados a ser sus padres, entonces espero que sea la familia que tanto anhela—una lágrima se escapó.

—Verás que en poco tiempo tendrás que ambientarle una bonita habitación, con juguetes, un armario de ensueño y una cama toda para ella. No espero menos de ti, Steinfeld—la abogada dijo entusiasmada—Este caso lo ganamos, otra vez—sí, lograron proteger a Ella después del abuso que vivió. Ahora no estaba segura si Lara podría llegar a ser su hija.

—Estamos en contacto—respondió cabizbaja—Muchas gracias por todo siempre—tomó una bocanada de aire.

—Disculpa interrumpir tu sueño, guapa. Ya hablamos, ¿sí? Adiós—cortó la llamada.

Hailee miró hacia el cielo, en busca de una estrella fugaz para pedirle un deseo.

—¿Sabes algo?—una Ella serena y con esa voz tan suavecita que la volvía loca, se le acercó—Yo la veo dormir y pienso en lo tranquila que luce. La veo mirarte y pienso en lo afortunada que se siente. Veo cómo brillan sus ojos cuando estás ensayando o simplemente existiendo. Veo que se aferra a ti, no solo por las noches, sino cuando te preocupas, cuando tienes dudas y hasta cuando estás radiando de felicidad. ¿Lo viste también?—la chica se sentó al lado de la más alta, en unos sillones que decoraban el balcón.

AfterlifeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora