Narrador omnisciente
Algunos días habían pasado. Poco a poco el acoplo surgía de manera natural. Sobre todo desde aquel último episodio, en donde Ella había tenido temor de usar su voz. De hecho, se vio en la necesidad de hablar con Alena, ya que no quería quedar en una mala posición, porque ese era su compromiso. Por otro lado, Hailee había decidido dejar pasar aquel momento, porque sabía de dónde provenía ese temor que la menor tenía. También se había sentido así en su momento, pero en un mundo como el del teatro, aquellos que te rodeaban debían ser capaces de entender que todo lo que era puesto en escena era solo eso, una fantasía.
—Buenos días—Ella esperó a que el ensayo de ese día martes acabase—¿Podría decirle algo?—preguntó tímida.
—Claro, muñeca, y sabes que no es necesario que me trates de "usted"—anunció relajada la mayor.
—Está bien—sonrió—Vengo por lo que sucedió ayer...—tragó saliva—Me dispersé demasiado en mi cabeza, me sentí abrumada por mis pensamientos y dejé salir lo primero que vino a mí—suspiró en rendición—No quiero que piense que esto no me interesa y que tal vez—
—Ella—Alena sonrió y colocó una mano sobre su hombro izquierdo—Sé que lo de ayer te hizo sentir un tanto encarcelada, y a pesar de que luego te expresaste de una manera espectacular, preferiste quedarte con el error, en vez de resaltar tu pronta valentía—acarició la zona—No quiero que dudes de ti, porque si yo no lo estoy haciendo, tampoco deberías hacerlo tú—Ella soltó un gran suspiro, el cual provocó que la mayor sonriese seguidamente—Vamos, que tú y yo sabemos que eres increíble, solo no lo dudes, eh—Ella asintió con una gran sonrisa esperanzada. Tal vez no era necesario irse con sus pensamientos más allá de lo que humanamente era sencillo de resolver.
Alena no se contuvo, el rostro de Ella lucía bastante cansado, y todavía no daban inicio a aquellos ensayos que le robaría más que solo el sueño. Por ello es que se atrevió a preguntar, y se llevó la gran sorpresa de "sueños extraños". Cuántos más comenzaban a sentir conexión hacia aquellos benditos poemas de Emily. Cuántos más se sumergían en las aguas de sus palabras y no sabían en qué momento tocaban la orilla. Cuántos más se levantaban empapados de sudor si las paredes eran lo suficientemente frías para refrescarlos. Solo era el par, solo Hailee y Ella se perdían y parecían no haber dormido. Entonces los latidos de Alena incrementaron, porque tal vez si avanzaba unos pasos más entraría al mismísimo cielo. Tenía miedo de ahogarse en aquel paraíso, pero arriesgaría su capacidad establecida para aceptar la—hasta el momento— supuesta verdad.
[...]
Aquí no acaban las emociones, de hecho, cada capítulo es un pico tan bajo o tan alto. Puede ser buenísimo de triste o de emocionante, como también —me he dado cuenta—que dan ganas de saltarte porque claro que queremos una interacción directa de las protagonistas. Sin embargo, —también me he dado cuenta— que es bueno fijarse en los detalles, porque con ellos la historia solita se construye.
No iremos por "era una mañana soleada y...", ya le puse mucho de eso.Vamos al grano.
Ese día (sinónimos), tal vez un martes, un jueves, un sábado, pero definitivamente no un domingo, volvían a reunirse para seguir practicando sus líneas y de una vez poner en escena los intercambios de diálogo entre los personajes. Aún no hacían uso de los foros, puesto que esos se encontraban en el ala opuesta del país, en el este. Por mientras utilizaban las instalaciones que el equipo de filmación les había conseguido. Otra veces, —como, justamente ese día—, Republic Records les ofrecía espacio para ensayar. A la agencia le convenía extender aquel favor porque un par de sus artistas se estaban involucrando en aquel gran proyecto, por lo que querían darse a conocer como un espacio seguro y de mucha versatilidad. Claro estaba que tenían reconocimiento, y uno muy grande, pero a qué costo.
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Afterlife
RomanceSeason two: Open me carefully... ❗️: no abrir si aún no lees la primera temporada.