Capítulo 28

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Narrador omnisciente

El lunes había dado inicio, justo cuando el cielo pasaba de ser azul a naranja, y luego celeste.
Exactamente a las cinco y media de la mañana la alarma de Ella sonó. Aún debía esperar a la tarde para por fin hablar con Thomas, aunque este había sido claro con lo que quería, sabía que con un poco de comprensión y decisión estarían de vuelta. A pesar de guardar un poco de esperanza en su interior, la ansiedad le jugaba malas pasadas, y esta se multiplicó cuando tuvo que ir a la agencia. Probablemente no la dejarían ingresar y Alena tendría que abogar por ella y entonces se sentiría mal de retrasar el ensayo de ese día.

Actuó con normalidad, por más que sus manos iban temblorosas, pasó su tarjeta de identificación por la máquina de entrada y el sistema emitió un pequeño pitido, mostrando en la pequeña pantalla "documento no identificado". Su corazón se detuvo y estuvo a punto de llorar. James había hecho lo que quería, la había sacado sin piedad.

—¿Ella Hunt?—no se había percatado que una voz masculina la llamaba.
Intentó mantener la compostura y levantó su vista asintiendo—Toma, para ti—le entregó una tarjeta de identificación, con todos sus datos, pero al fijarse mejor, este señalaba que pertenecía al grupo 10A y ella no recordaba haber tenido un ascenso—Ahora estarás bajo mi cargo. Por cierto, soy Aaron—se había quedado congelada.

Volvió a la realidad y le extendió su mano en forma de saludo.

—Es que no me lo puedo creer—la nueva tarjeta sí figuraba en el sistema, por lo que pudo ingresar—¿Cómo es que estoy-

—Alguien te recomendó en mi grupo—frunció su ceño—Y al ver tu parrilla de trabajo, videos, tapes de audición, filmaciones, canto, etc, creí que ya era hora de que trabajes conmigo, ¿no crees?—¿Thomas habría intervenido? pensó.

—¿Se puede saber quién?—preguntó con timidez.

—Una muy buena amiga tuya. Está haciendo de todo por ti—continuaron caminando hasta la entrada a los espacios de trabajo—No debería decirlo, pero Hailee tiene un corazón muy lindo—sus latidos se detuvieron para luego salir como disparos perdidos.
Un lado de ella creía que Thomas había sido el causante de dicho acto de cariño y preocupación, pero por alguna razón le agradó en gran manera saber que a la chica no dejaba pasar ni un solo detalle, y que además le guardaba gran aprecio como para proceder de tal manera.

—No le diré, pero... ¿e-ella te contó?—Sabía que ya no podía enojarse si ese fuese el caso, pero sí le sería un tanto incómodo que aquel hombre que no conocía tuviese en conocimiento un tema tan delicado.

—Mmm, claro, ella me habló mucho de ti—Ella se sintió avergonzada—Dijo que eras muy talentosa y que debería considerar el llevarte con nosotros, por lo que hice lo que te mencioné hace un momento—la joven se sintió muy tranquila y feliz cuando oyó eso.

Sabemos bien que Aaron sabía el terrible caso que la chica había sufrido, pero decidió no traerlo en su recuerdo, además de no querer delatar a Hailee. Por otro lado, sí era cierto lo que él le decía acerca de su talento, sí se había tomado el tiempo de estudiar un poco sobre la carrera que la chica llevaba hasta el momento, y no necesitó más para convencerse.
Ese fin de semana habló con Hailee, y se disculpó por la posición que tomó en primera instancia, así que de alguna forma quiso compensarlo asumiendo la responsabilidad de ascender a Ella.
A pesar de que Hailee había tenido un altercado con la menor, sus sentimientos y su cariño iban elevándose cada vez más, por lo que no lo pensó ni una sola vez y estuvo completamente de acuerdo.

—Agradezco mucho la consideración que están teniendo conmigo—dijo Ella una vez que se encontraba frente al auditorio.

—No hay qué agradecer, de hecho, de esto se trata mi trabajo. Pero si quieres darle las gracias a alguien, puedes hacerlo con Steinfeld—asintió la contraria—Mucho gusto, Ella. Estamos en contacto—se despidió el hombre.

AfterlifeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora