Capítulo 39

80 10 3
                                    

Narrador omnisciente

No quiero asustar a nadie, mucho menos matar ilusiones. Sin embargo, cada que las narraciones se tornan una sola, sin la versión de un solo personaje, me doy cuenta del poco tiempo que queda aquí.
Otra vez, no quiero desilusionar a nadie, pero si de algo sirve... llevamos años aquí, intentando juntar piezas para concluir con esta historia, y qué mejor que ver la imagen completa, ¿no?
Aún no acaba.

Dudo que a Emily Dickinson le interese que se me haya ocurrido la gran idea de perderme en la historia, pero no porque se me dio la gana, sino porque perdí el guión, pero no saben lo exquisita que es la libertad de que se me ocurran ilaciones momentáneas. Luego pueda que me arrepienta, pero ya van a estar en la luz, y si a alguien no le convence, es el rumbo que tomaron. Cada quien está en su derecho de crear desenlaces o finales, o como quieran.

Pasemos a lo importante...

Y es que en una historia existe lo predecible, y aquí hay un poco de todo, como que un día hubo una cena familiar en casa de Hailee y por fin se dieron la oportunidad de conocer a Ella. Creo que era lo mínimo luego de una revolcada.

Griffin y Peter ya no podían actuar sobreprotectores, porque no era un hombre el que debía ganarse el corazón de la niña de la casa, sino que una frágil y preciosa criatura, o como Hailee la llamaba: "amor".
En cambio, Cheri examinaba cada movimiento y expresión de la menor. Por más que las enamoradas estaban comprometidas y una era más dulce que la otra, quería asegurarse de estar dejando a su hija en las manos correctas.

—Hay que ver una película—Hailee pidió.
Para el final de la cena habían hablado lo suficiente y se sentía en más confianza.

—Vamos a la sala—dijo Peter llevando una lata de soda en sus manos.

Ella se dejaba llevar poco a poco, aunque si se lo pensaba demasiado, no podía creer dónde estaba, muchos menos creer que Hailee era su novia.

—Mamá, ven—Griffin llamó a su progenitora—Y no te vayas a quedar dormida, eh—la mujer hizo caso omiso a sus palabras, solo se sentó en el sillón mientras revisaba su teléfono.

Hailee creía que había algo de inseguridad en su madre por toda la situación, pero no le molestaba porque sabía que solo buscaba protegerla.

—Hailee, un momento hija—la mujer le hizo una seña—Ven, vamos a la cocina—dijo frente a todos.

Griffin intentó reconfortar a Ella, diciendo que seguro le pediría servir helado o algo parecido.

—Mamá, ¿qué sucede?—ahí no las oirían.

—Esto, hija—Cheri le mostró la portada de una noticia, en donde se rumoreaba el romance entre ambas jóvenes.

—¿Q-Qué?—la chica se dirigió a la página que mandaba y se encontró con una foto algo antigua, en donde se la veía besar a su chica. Sabía muy bien que Thomas la había capturado porque él justo había estado ahí momentos antes.

—Haiz—su madre sobó su frente en un gesto de preocupación—Nena, esto va a traerte cientos de problemas, y no es para asustarte, es para que hagamos algo al respec—

—¿Le termino?—preguntó con una mezcla de enojo, tristeza y confusión.

—Hija, no tienes por qué hacer eso, solo-

—Es que es lo único que se me ocurre—puso ambas manos en su rostro.

—Hailee, pueden actuar discretas y ya, es cuestión de que todo lo dejen para la casa—la mujer intentó calmarla acariciando su hombro.

—¿Y qué es eso, mamá?—quitó sus manos. Sus ojos estaban vidriosos—¿Para eso le pedí que se comprometiera conmigo? ¿para ofrecerle nada?—se dirigió al pasadizo que conectaba con la sala.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Aug 31 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

AfterlifeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora