Afterlife

Capítulo 1

Narra Hailee

Ahora mismo me encuentro en mi descanso de uno de los cientos de ensayos que tengo durante la semana. La pregunta es ¿cómo llegué hasta aquí? Bien, permítanme hacerles un pequeño resumen de lo que ha sido mi vida hasta ahora. Desde ya les hago llegar mi disculpa, porque soy un ser muy parlante y disfruto de dar detalles. Esto último me guió a escribir. Adoro escribir, porque no sólo soy actriz, sino que también tengo mi propia música.
Trataré de incluir absolutamente todo en esta sección.

California tiene uno de los impuestos más altos en los Estados Unidos, y mis padres siempre se esforzaron mucho por darnos más de lo que incluso podían. Gracias al cielo nunca se vieron endeudados.
Conforme el tiempo fue pasando, ambos ganaron más experiencia en el campo laboral, cosa que les permitió aumentar su sueldo. Y para cuando Griffin y yo llegamos, este benefició muchísimo para brindarnos una buena salud, estudios y otros extra.
Cabe recordar que estuve asistiendo únicamente la mitad de mi primaria a una escuela pública, junto con mi hermano. El resto, hasta terminar la secundaria, lo hice todo en casa. Tiene explicación.

¿Qué de interesante tendría la vida? Jugaba, estudiaba, tenía cientos de amigos y me gustaba ser una de las animadoras en mi escuela. ¿Acaso algo más interesante que eso podría existir?

Una de aquellas noches, la cual no recuerdo si fue para acción de gracias, navidad o pascua, fue la que cambió mi vida para siempre.
Seguramente estábamos los primos corriendo de un lado a otro, robando algunos bocadillos de la mesa. Todos en el jardín con las caras sudadas y uno de mis primos con el inhalador porque se había agitado. Se llevaba todo la atención, porque era entretenido aquel gigante "cigarrillo" que le ayudaba a sentirse mejor. Después nos escondíamos en alguna habitación y nos lo prestaba. Jugábamos a ser empresarios y fumábamos el salbutamol.

Llegada la hora de la comida, nadie podía faltar, porque antes de comer agradecíamos por las bendiciones que teníamos. Luego íbamos a nuestra mesa para no interrumpir a los adultos.
Yo estaba tan entusiasmada por probar el pavo glaseado de la abuela, que mi rostro lo tenía fijo en mi plato. Fue así hasta que mi tío John habló sobre la carrera que estaba ejerciendo. Aparentemente le iba bien y lo disfrutaba, pero dijo que se había asegurado estudiando negocios antes por si fallaba en el camino.
Creo que mamá se dio cuenta de mi interés por oír aquello que decían, así que con esa sonrisa dulce y una seña me pidió que me acerque.

—Pequeña, Hailee—Mi tío me apretó los cachetes—¡Pero mira cómo has crecido!—todo un clásico—Dime, ¿qué te trae por acá?—era fuerte por lo que todavía podía hacerme upa.

—¿Cómo es actuar? ¿Ves a todos esos artistas que salen en la tv?—pregunté ilusionada.

Seguramente se rió por mi poco conocimiento de la industria. Un concepto muy básico, pero que me ha traído hasta aquí.

Me explicó absolutamente todo. Yo no podía dejar de sonreír con cada cosa que me contaba, era como haber despertado una chispa que yacía dentro de mí, pero que yo no conocía. Y mis padres ese día notaron el brillo en mis ojos, por lo que sin poner impedimento, decidieron lanzarse conmigo, porque además era bastante pequeña y seguro no tenía nada que perder.

Fue muy importante para mí el apoyo que me brindaron. Nunca me hablaron de la vergüenza, en vez de eso me animaron a continuar, lo cual me ayudó mucho a volverme segura de mí y a no temer con facilidad, porque siempre tenía que intentarlo hasta obtenerlo.

Primero me inscribieron en una academia de artes escénicas cerca de casa. Estaba como a veinte minutos de donde yo vivía.
Llevaba lecciones de canto, improvisación y baile.
Al comienzo no habían resultados, es decir, yo me había vuelto mucho más desenvuelta y claro que dominaba mejor el escenario, porque incluso en la escuela mis calificaciones mejoraron y me destaqué en exposición oral. Sin embargo, aún no se presentaban aquellas oportunidades de ser "reclutada", pero no decaí, porque yo lo quería con todas mis fuerzas.