Cap. 32

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Narra Jack:

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Narra Jack:

Podría ser posible que todo este tiempo solo estaba actuando, puede que jamás haya sentido lo que yo y solo fueron imaginaciones mías, pueda que... si, yo tuve un poco de culpa en poner primero a mis menorías que... a ellos, pero ellos no me dijeron nada de ella.

Quería estar solo, pensar en lo que había pasado, llegue a un lugar frio y distante, mire la cajita donde estaban mis recuerdos y los quería lanzar al mar porque fue eso lo que me causo todo esto... pero reaccione ya que todo eso fue mi elección.

- Sabia que esto pasaría – esa voz – Realmente jamás creyeron en ti – ya me estaba enojando – Solo quise abrirte los ojos, pero yo no entiendo – me enoje que lo ataque.

- TU NO ESTAS ENTENDIENDO NADA – volé por encima de él y desde su espalda lo ataqué.

- ¿No? ¿Cres que no sé lo que se siente que te aísle? – se defendía de mis ataque y al mismo tiempo me atacaba, yo lo esquivaba.

Me eleve y le lance mi ataque, para que el levante un muro de arena negra a lo que le dio mi ataque.

- ¿Que nadie crea en ti? – no lo veía solo escuchaba su voz – Añorar a una familia – estaba detrás mío y esas palabras me confundieron – Todos esos años en las sombras creí que nadie sabía lo que se sentía – parecía estar triste – Pero veo que me equivoque – dijo señalándome así que baje mi cayado – No tenemos que estar solos Jack – caminaba hacia mi – Yo creo en ti, y los niños creerán en ti.

- ¿En mí? – estaba confundido, era algo que siempre he querido.

- ¡Si! – dijo riéndose – Mira – me enseño lo que se hiso con la oscuridad y el hielo – Lo que podemos hacer – me quede viendo esa cosa - ¿Qué mejor combinación que el frio y la oscuridad? Los obligaremos a creer – ¿obligarles? Muy bien eso no es lo que quiero – Les daremos un mundo donde todo, todo será...

- De Pitch Black – complete por él.

- Y de Jack Frost claro – nuevamente me señalo – Van a creer en los dos.

- Ellos nos temerán a nosotros dos – hable serio – Y eso es justo lo que no quiero – le di la espalda – Y por ultima ves – me estaba alejando – ¡Déjame en paz! – seguí caminando.

- Lo entiendo – lo escuche detrás mío – Quieres que te deje solo, hecho, pero primero – voltee a verlo, el tenia a las dos haditas en su mano.

- ¡Haditas! – me acerque rápido, pero cada vez la apretaba más y le apunte con mi cayado.

- ¡El cayado Jack! – eso es lo que él quiere – Tienes la mala costumbre de interferir – Ahora entrégalo y las dejare ir – las haditas negaban can la cabeza.

No podía hacerlo, el cayado era lo que me daba mis poderes, pero las haditas estaban en peligro por culpa mia y si lo atacaba corría el riesgo de lastimarlas, así que no me quedaba de otra más que entregarlo, note que Pitch mostro una sonrisa al darle mi cayado.

- Okey, ahora suéltalas – estire mi mano para que la diera y el solo me miro.

- No – extendió la palabra y eso me sorprendió – Dijiste que querías estar solo ¡Pues estarás solo!

Una de las haditas lo pico en la mano que las tenía sujetadas, haciendo que por el dolor este las soltara a ambas, pero lo malo era que las lanzo y se fueron por lo que parecía ser un hueco profundo, parecía que no podían volar.

- ¡No! – mire a donde cayeron

Volví mi vista a Pitch para ver como partía mi cayado en dos, en ese momento sentí un gran dolor que grité, nuevamente volví a ver a Pich y estaba por lanzarme su ataque.

- ¡JACK! – esa voz, quise voltear a ver, pero esa persona ya está frente mío con un escudo de estrellas y arena plateada.

- Eso no te servirá – el golpe de Pitch había sido bloqueado – Los niños ahora creen en el miedo, creen en mí y eso me hace más poderoso jajaja – dio una risa malévola.

- Mientras no sea una guardiana por completo – ahí recién me percate que era Elara – Eso no me afecta – su voz era muy serio – Y recuerda que mi poder o solo viene de la creencia de los niños, es de algo más grande que tu jamás lograras comprender – Pitch volvió a reír.

- ¿Y por eso estas aquí? Para por fin decirle la verdad - Elara no se inmutaba con esas palabras su rostro estaba inexpresivo – Pero antes que lo hagas morirán juntos.

Su ataque esta vez fue más grande, ni aquel escudo puedo tener, Elara me abrazo protegiéndome y antes de que pueda reaccionar sentí el dolor por ser lanzados hacia era pared se hielo y luego estábamos cayendo por el mismo lugar que cayeron las haditas.

Me quede inconsciente, fue una gran caída, y lo único que se me venía a la mente fue lo que dijo Pich "¿Y por eso estas aquí? Para por fin decirle la verdad" La verdad, ya no sé si quiero saberlo, todo esto me tiene aún más confundido que antes, Lady Moon, Elara, ambas son igual y tan distintas a la vez ¿podrían en verdad ser la misma persona?

Me desperté con un pequeño dolor de cabeza, vi a una hadita cerca de mi así que me acerqué.

-¡Hadita! – las tomé en mi mano - ¿Estás bien? – quise cubrirla con ambas manos,pero ella no quiso.

Estornudo, levante la vista y estaba pelo, no, era una peluca marrón, la hadita fijo su mirada más adelante donde estaba una persona inconsciente, al lado de ella estaba la otra hadita.

Mire bien a esa persona, tenía en cabello igual al de Lady Moon, pero llevaba puesto la ropa de Elara, estaba confundido, la hadita de mi mano bajo de un salto y se acercó a ella, ambas haditas empezaron a moverla para que despertara, lo hiso, poco a poco se estaba levantando, levanto la cabeza y pude ver esos ojos marrones de los cuales estaba enamorado.

𝕃𝕒𝕕𝕪 𝕄𝕠𝕠𝕟 - 𝑱𝒂𝒄𝒌 𝑭𝒓𝒐𝒔𝒕 𝒚 𝒕𝒖Donde viven las historias. Descúbrelo ahora