Cap. 2

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En el Polo norte:

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En el Polo norte:

Norte (Santa Claus) estaba creando una escultura de hielo que luego convertiría en juguetes mientras tarareaba una canción toda suya.

- Sigo esperando galletas – dijo a sus duendes que estaban comiendo y lamiendo las galletas de norte.

Norte con sus herramientas creo un tren y una carretera de hielo, mientras que un duende llevaba el plato de galletas y otro estaba comiéndolas, el que llevaba el plato le hiso una seña para dejar las galletas en el plato así que este abrió su boca y dejo caer lo que estaba en ella.

- Jaja al fin – tomo una galleta y se la comió saboreándola.

Fijo si vista en aquel tren que recorría la pista de hielo que creo, al final de la pista el tren salió volando, ya en el aire se formó en un tres con alas y propulsores como un avión, a lo que Norte alabo su creación mas no conto con que uno de sus yetis abriera la puerta y con ella rompiera su hermosa creación. Norte dio un grito de pánico por ver destruida su creación a lo que al ver trozos de hielo en el suelo el yeti también lo siguió con otro grito.

- Cuantas veces tengo que decirte que toques – dijo frustrado y regañando al yeti, quien hablo en su idioma y señalo un punto de fuera de su oficina - ¿qué? ¿el mundo?

Se levanto de su asiento, tomo su espada y se dirigió a la sala del mundo donde estaba un enorme globo terráqueo en el cual destellaban varias luces que eran cada uno de los niños que creían en los guardianes.

- Shuu, largo con sus sombreritos ¿Por qué siempre están estorbando? – se dirigió a donde estaba el mundo pasando por medio de dos yetis.

Las luces que simbolizaban a los niños creyentes estaban parpadeando con apagarse.

- Y ¿esto que es? – se preguntó viendo serio el mundo - ¿revisaron el eje? ¿la rotación no cambio? – pregunto a sus yetis serio a lo que ellos negaron.

De repente una ventisca fuerte estaba en el lugar para luego dar lugar a una arena negra que cubría el mundo, los duendes empezaron a correr para esconderse y no ser llevados por el viento, Norte miraba con atención todo lo que pasaba, de un momento a otro otra la arena que rodeaba al mundo se juntó en una sola y estallo haciendo asustar a todos lo que estaban en el lugar.

Una sombra negra pasa por detrás de Norte, a lo que poco después se forma en arena negra y esta toma la forma de alguien que suelta una risa malévola para después desaparecer.

- No puede ser – dijo preocupado por lo que vio – Dinggle – llama y cuatro duendes dan un paso para verificar si los llamo a uno de ellos – Has los preparativos, vamos a tener compañía.

Norte enciente una aurora boreal para reunir a los demás guardianes y advertirles del peligro que asecha.

En otro lugar del mundo, varias haditas volaban sobre la cama de los niños, llevando moneras en sus manitas, pasaban por debajo de las almohadas dejando las monedas y llevándose el diente al palacio de los Dientes donde los guardan.

Dentro del palacio el Hada de los dientes daba instrucciones y direcciones a todas las haditas, para que recojan más dientes.

Espera – detuvo a una hadita – su primer diente – decía admirando el diente de leche que tomo de la hadita – Habías visto un incisivo más adorable en toda tu vida – dijo mostrándole el diente a sus haditas - ¡Uso hilo dental! – dijo emocionada.

Una hadita le comunicó a hada sobre la aurora boreal, a lo que Hada lo vio dándose cuenta de que la necesitaban en el polo norte, así que salió volando del palacio con 5 haditas detrás suyo.

Narra Norte:

Compañeros guardianes (en la habitación, una niña estaba dormida) es nuestro deber vigilar a los niños del mundo (encima de la cabeza de la niña se formaba sus sueños hechos de arena dorada) y mantenerlos a salvo y llevar asombro y esperanza y suelos así que decidí reunirlos aquí (al seguir la arena dorada se ve al dueño de ella, Sandman) por una razón y solo una razón (Sandman enviaba cada hijo de arena doraba que llegaba a los niños protegiendo sus sueños) los niños corren peligro (Sandman ve la aurora boreal, a lo que la nube donde estaba lo transforma en un helicóptero y lo conduce en dirección al polo norte)

Un enemigo que mantuvimos alejado (de las profundidades de la tierra, por varios túneles para un conejo grande) durante siglos ha decidido atacar o través solo nosotros lo detendremos (en el polo norte se abre un agujero en el suelo por donde sale el Conejo de Pascua)

Narradora:

- ¡ay, que frio! – se quejó, abrasándose y sobando sus brazos para calentarse.

- ¡AY! ¡no siento las patas, no siento las patas! – se quejaba, dando saltos por la nieve para llevar al taller de Norte.

𝕃𝕒𝕕𝕪 𝕄𝕠𝕠𝕟 - 𝑱𝒂𝒄𝒌 𝑭𝒓𝒐𝒔𝒕 𝒚 𝒕𝒖Donde viven las historias. Descúbrelo ahora