Cap. 34

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Una vez en la guarida de Pitch, Jack bajo a Elara  con cuidado, para que él valla a abrir las jaulas donde estaban el resto de las haditas, Elara estaba por hacer lo mismo creando su nube para volar, pero las haditas que estaban con ellas la detuv...

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Una vez en la guarida de Pitch, Jack bajo a Elara  con cuidado, para que él valla a abrir las jaulas donde estaban el resto de las haditas, Elara estaba por hacer lo mismo creando su nube para volar, pero las haditas que estaban con ellas la detuvieron diciéndole que mirara en mundo.

- ¡Que esperan salgan! – Jack había abierto una jaula, pero ningún hadita salía - ¿Qué es lo que ocurre? – se giro para ver las demás jaulas – ¿Ninguna puede volar?

- ¡Jack! – lo llamo Elara, quien miraba con horror el mundo – Las Luces – Jack llegó a su lado y también lo vio.

Mientras tanto en el polo Norte, los yetis seguían con su trabajo de hacer los juguetes para los niños, de pronto un temblor se sintió dentro del taller de Norte interrumpiendo su tranquilo trabajo; poco a poco un viento llegó, luego arena negra formando un remolino que destrozaba el trabajo de los yetis y envolviendo al Mundo.

Al desaparecer aquella arena negra apareció el culpable riendo con una vos profunda y triunfal, Pitch Black.

- ¡Todos pueden irse! – parecía divertirse – Este año no habrá juguetes de Navidad, Gracias – termino con una reverencia – Ni los habrá jamás – eso hiso que los yetis se entristecieran.

En la guarida de Pitch, Jack y Elara viendo también el mundo, las luces se apagaban raídamente.

- Se están extinguiendo – hablo preocupado.

- Si esto sigue así los guardianes... – no continuo no podía pensar lo que sucedería.

Volviendo al Polo Norte, Pitch miraba las lucesparado encima del mundo.

- Solo quedan seis, seis hermosos niños que todavía creen en los guardines con todo su... – mira la luz cerca de él – Corrijo – pisa la luz – Cinco – da pasos como bailando para acercarse al resto de las luces, pisa el que está más cerca – Cuatro – vuelve a pisar otro – Tres – esta vez pisa dos – Dos – da un chasquido, pero no sucede nada, vuelve a dos chasquidos al ver que no se apaga se enoja – Uno.

En la guarida Jack y Elara notaron la ultima luz y volaron para verlo.

- ¡Esto es increíble! – Elara estaba emocionada.

- ¡Jamei! – dijeron al unísono viéndose.

- ¡Vamos! – Elara ya estaba sobre su nube – No debemos espera, puede dejar de creer – empezo a volar a la salida con Jack al lado suyo – Jamei, por favor no pierdas las esperanzas – pensó mientas volaban cada vez más rápido.

Al llegar a la casa de los Bennet, Jack va a la ventana de Jamei para verlo mientras que Elara fue a su habitación para ponerse una peluca nueva, su hermano no debería verla como en verdad es o eso era lo que ella se hacía creer.

Jamei estaba sentado sobre su cama con la ventana abierta, a oscuras y en frente suyo tenia un peluche de un conejo a quien le hablaba.

- Conejo, escucha – miraba al peluche – Tu y yo diferimos un poco de opinión, así que esto es lo que va a pasar – Jack se asoma por la ventana – Si no fue un sueño, si en realidad existes, lo tienes que probar eh, justo ahora – Elara estaba por abrir su puerta cuando lo escucho – Siempre he creído en ti, todo el tiempo okey y mi hermana jamás dejo que yo perdiera las esperanzas en llegar a conocerlos, fue así, toda mi vida por cierto – sujeta al conejo – Así que ahora me lo ves, no tienes que hacer mucho, solo una señal y seguiré creyendo, seguiré defendiendo a mi hermana de los que la dicen loca – Elara estaba con los ojos cristalizados – La que sea, la que tú quieras – miraba al peluche sonriendo.

Narra Elara:

Mi hermano también sabía que me decían loca y él me defendía, su esperanza y fe aun estaba ahí, no debo dejar que la perdiera, es nuestra única esperanza; abrí su puerta él me miro y luego volvió a ver su conejo.

- Lo sabía – susurro y dejo caer el peluche.

Me senté a su lado, lo abrasé lo necesitaba, vi a Jack en la ventana decidiendo entre entrar o no.

- No hay ninguna señal, ya no existe solo fue un sueño – susurraba para sí mismo, pero lo escuche.

- Jamei, no fue un sueño, si fuera así no hubiera estado yo allí – lo separé y lo vi a los ojos.

- Ya no se si seguir ignorando sobre lo que dicen de ti – eso me hiso sentir mal.

- Entiendo, pero nada de lo que dicen es real, me dicen extraña, rara y hasta loca ¿solo por creer en los guardianes? ¿solo por hacer que los niños siguán teniendo asombro y esperanzas? ¿solo porque tengo algo que ellos no? – ahí capte su atención – Jamei, mamá lo sabe, yo no soy normal, eso esta mas que claro, los veo porque... soy uno de ellos – mire a Jack asintiendo para que entrara – Tengo poderes y hoy los presenciaras junto a los de alguien especial – le señale la ventana y lo miro.

Jack estaba poniendo escarcha en las ventanas, primero creo un huevo decorado, se sorprendió miro al peluche en el suelo y luego a mí, yo solo asentí y le sonreí, volvió a mirar la ventana, más emocionado que se paró, esta vez Jack estaba dibujando un conejo.

- Es real – seguía sorprendido.

- Claro que lo es hermanito – estaba parada a su lado, solo que no sobre la cama.

Jack hiso que el conejo cobrara vida, no sabía que podía hacer eso, para que empezará a correr por el cuarto y alrededor de mi hermano, parecía divertirse, escuche a Jack reír así que lo vi y sonreí, volví a ver el conejo, di un chasquido y es eso momento el conejo exploto dejando caer copos de nieve, lo aproveche para enviar varias estrellas brillantes que formaron a todos los guardines también a Jack, estaba tan absorto en lo que pasaba que mientras no me veía, me quite la peluca dejando caer mi cabello plateado al igual que mis ojos grises.

- ¿Copos y estrellas? – se preguntó.

- ¿No te recuerdan a alguien y a algo? – aun no me había visto.

- Jack Frost – lo menciono sorprendiendo al propietario, luego me miro - ¿Elara? – asentí.

𝕃𝕒𝕕𝕪 𝕄𝕠𝕠𝕟 - 𝑱𝒂𝒄𝒌 𝑭𝒓𝒐𝒔𝒕 𝒚 𝒕𝒖Donde viven las historias. Descúbrelo ahora