Maite: ¿No decías que no venías? - me preguntó al otro lado del teléfono.
Tenía sujetado el móvil entre el hombro y la cabeza, mientras iba seleccionando ropa del armario.
Anahí: Al final he cambiado de idea.
Maite: ¿Y ese cambio tan repentino?
Agité la cabeza divertida.
Anahí: ¿Cómo puedes ser tan chismosa? - bromeé.
Maite: ¡Es mi escencia! - se rió.
Anahí: Pues para sastifacer tu curiosidad te diré que voy para evitar que zorras se acerquen a mis hombres.
Maite: ¿Con zorras te refieres a Dulce y Angie?
Anahí: Ajá... - le confirmé. Dudaba entre un vestido o un conjunto de dos piezas. - ¿Qué me pongo? ¿Qué suele llevar la gente en esas situaciones?
Noté que estaba meditando y al final respondió.
Maite: No creo que quieras vestir como suelen vestir muchas.
Anahí: Dudo que Christopher y Alfonso me dejen salir. - añadí divertida.
Maite: Ponte lo que más te apetezca.
Dudé sobre que era lo más adecuado, pero que demonios... Sonreí de medio lado al encontrar el vestido perfecto. Me lo había comprado en España para una fiesta muy alocada, pero no me lo había llegado a poner.
¿Por qué tenía que vestir diferente al resto? Por una noche me apetecía desmelenarme y dejar de parecer tan perfecta. No sabía muy bien a que se debía ese cambio en mí. ¿Habría influido la pelea con mi hermano? No estaba segura, pero tenía claro que ya era hora de que empezara a sentirme viva.
Anahí: Escucha, ¿a qué hora nos vemos allí?
Maite: ¿Sobre las doce?
Anahí: Bien. Christopher y Alfonso me recogerán sobre las once y media. ¿Acudes tú? Si tengo que buscarte yo, tengo que comprarme un GPS.
Maite se rió.
Maite: No te preocupes. Acudiré al coche de tus chicos.
Anahí: ¿Lo encontrarás? - pregunté preocupada porque se perdiera.
Maite: Créeme, cuando ellos llegan todos lo sabemos.
Me colgó y me quedé pensativa ante lo que me dijo. Volví la vista al armario y sonreí ampliamente. Saqué el vestido negro del armario y me acerqué con él al espejo de pie que tenía. Me lo coloqué encima de la ropa y me imaginé con él. Era mucho más corto de lo que solía llevar y el escote también era más bajo, pero estaba decidida.
Me cambié y cuando me lo puse estuve tentada de reírme como una colegiala estúpida. Sabía que iba a tener problemas con Christopher y Alfonso. Alfonso seguramente pondría esa voz de macho dominante y me ordenaría ir a cambiarme, mientras que Christopher trataría de convencerme con su dulzura sobre si tenía en el armario algo que me tapara más.
Complete el vestido con unos tacones negros de infarto, que no me ponía desde hace meses. Me ricé el cabello para que me calleran ondas desordenadamente por lo hombros y entonces pasé a maquillarme. Me puse base, eye-liner, una sombra de ojos tono ahumado y un tono rosa de labial. Decidí acabar el conjunto con una chaqueta negra y un bolso negro.
Oí el pitido de un coche y sin necesidad de somarme por la ventanilla sabía que eran ellos. Así que me preparé para salir. Me encontré con Diego en el salón, pero ninguno hizo mención de saludarnos. No podía decir que estuviera enfadada con él, pero no tenía ganas de dirigirle la palabra. Necesitábamos que las cosas se calmaran antes de hablar como dos personas civilizadas.
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PONNY Y BARKEN [COMPLETA]
Teen FictionAlfonso me empotró contra la taquilla, haciéndome daño en la espalda. Ahogué un gemido de dolor y le mantuve la mirada lo mejor que pude. - Me parece que no lo entiendes Anahí. No había nadie por el pasillo por si necesitaba chillar, suplicar por ay...