28: Una Catastrófica Fiesta Y Una Suegra Amorosa

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Anahí: ¿Cómo me veo?

Estaba frente al espejo de mi dormitorio, evaluándome. No podía evitar sacar pegas de cualquier detalle. Me sentía completamente insegura sobre mi aspecto y solo veía fallos.

Maite: Estás increíble, Annie.

Maite estaba sentada con las piernas cruzadas sobre mi cama.

Anahí: ¿Qué vas a decirme tú? - me reí pelliscándome suavemente  las mejillas para darles color. - Eres mi amiga.

Maite: Pero una amiga sincera. - me guiñó el ojo. - En serio, hazme caso. Menuda envidia me das.

Anahí: ¿No deberías ir a arreglarte? Vas a llegar tarde.

Maite: ¡Qué va! - agitó la mano quitándole importancia. - Me espera un séquito de estilistas en casa, voy a tardar la mitad del tiempo en arreglarme.

Anahí: ¿Y la envidiosa eres tú? - fruncí el ceño fingiendo estar molesta.

Las dos no pudimos evitar reírnos. Se levantó enérgeticamente de la cama y vino a mi lado, situándose detrás de mi. Colocó sus manos sobre mis hombros y me obligó a mirarme en el espejo.

Maite: Mírate.

No pude evitar obedecer.

Maite: ¿No te das cuenta de lo hermosa que estás?

Me ruboricé y miré hacia el suelo.

Maite: Christopher y Alfonso babarean cuando te vean.

Anahí: No puedo creer que me regalarán el vestido. - comenté alucinada. - Sé que fuiste tú quien se los dijo.

Maite: ¡Pillada! - reconoció sonriente. - Pero no me arrepiento.

Me dio una palmada juguetona en el trasero y se volvió a dejar caer en la cama. Se miró las uñas y puso cara de susto.

Maite: Me van a matar cuando vean todo el trabajo que tienen. - suspiró. - Odio estás fiestas, Annie. Son un infierno... - bufó. - Menos mal que vas a venir. - rió.

Anahí: ¿Un infierno? - abrí los ojos asustada. - Si llego a saber ponía una excusa y me libraba.

Maite: ¡Ya es tarde! - me señaló con el dedo índice. - No puedes echarte para atrás.

Diego: ¿A dónde vas?

Maite y yo nos giramos y vimos a mi hermano. Llevaba chandal y deportivas por lo que imaginaba que iba a salir a correr. Noté la sorpresa de Maite y era lógica. Era por la noche  y no me entregaba en la cabeza que alguien pudiera hacer deportes a esas horas. Lo que ella no sabía era que Diego adoraba practicar por la noche, ya que todo estaba muy tranquilo y no se sofocaba por el sol.

Anahí: Voy a acompañar a Christopher y Alfonso a una cena benéfica.

Maite: ¡Sí! Tu hermana me va a salvar esta noche. No sé como la habría soportado.

Diego se giró para mirar a Maite.

Diego: ¿Por qué vas si no te gustan?

Maite: Se nota que no conoces a mis padres. - rio de forma divertida. - Más me vale ir.

Diego: Pues vaya. - suspiró. - Me parece que no eres la única que no se sincera con sus padres.

Sentí sus palabras como un puñal. Últimamente estabamos mejor. ¿Por qué volvía a atacarme? Cerré los ojos suavemente y conté mentalmente hasta diez para evitar un conflicto.

Gracias a Maite no le respondí. Ella decidió empezar una larga conversación con mi hermano sobre la competición de atletismo. Su intervención me permitió volver a enfocarme en mi reflejo. ¿Me vería bien para ellos? Inevitablemente bajé la vista hacia la nota que estaba dentro de la caja con el vestido.

PONNY Y BARKEN [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora