No sé cuanto rato llevaba sentada en el suelo. Me abrazaba las rodillas y me balanceaba. Habían ido demasiado lejos. Me habían amenazado con lo que más quiero, mi familia. ¿Cómo habían podido? ¿No les importaba el futuro de mi hermano? ¿O el bienestar de mi familia? Se creían dioses al pensar que tienen derecho a destrozar las vidas de las personas.
No sabía que hacer. Estaba en una encrucijada. Por un lado, si cedía a sus chantajes, mi familia estaría a salvo y verían cumplidos sus mayores sueños. Pero mi vida estaría arruinada por completo. Sabía que no había vuelta atrás con ellos. Lo habían dejado muy claro desde el principio: era de ellos para siempre.
Gimoteé y lloré. Intentaba parar para pensar con frialdad, pero era superior a mis fuerzas. Deseaba morirme en ese momento. Así mi familia no tendría que pagar mis errores. Es más, tal vez el suicidio sería la mejor solución; aunque debía reconocer que era muy cobarde. No tenía ovarios para acabar con mi vida. Además, mi abuela había sido quien me había enseñado que eso no era de valientes, si no el camino fácil.
Miré el reloj de la pared. Ya había pasado dos horas. Sentí pinchazos en las sienes y un sudor frío que recorría mi nuca con gran lentitud.
Tisha: Hija!
Pegué un brinco al escuchar la voz de mi madre. Me metí en el baño y me lavé la cara, haciendo desaparecer el rastro de las lágrimas. No tenía muy buen aspecto, pero si no aparecía los iba a preocupar más. Me aseguré de ver nuevamente el reloj y fui al salón.
Me quedé pasmada. Mirara donde mirara había bolsas de tiendas desperdigadas por todo el salón, mi padre estaba sonriente sobre el sillón y cuando me fijé en mi madre, abrí la boca de la sorpresa. Había ido a la peluquería y tenía el cabello mucho más brillante y sedoso. Lo agitaba de un lado a otro, presumiéndolo. También se había comprado unas gafas de marca y me parecía que toda la ropa que llevaba puesta era nueva. Dio una vuelta sobre sí misma.
Tisha: ¿Qué te parece? - me preguntó muy sonriente.
Forcé una sonrisa y asentí.
Anahí: Estás muy guapa, mamá. ¿Qué pasó? - miré las bolsas.- ¿Hemos ganado algo?
Mi padre se rio y me lo aclaró:
Enrique: Tu madre y yo hemos decidido hacer un viaje. ¡Mira, ya tenemos los billetes! ¿Sabes a dónde vamos?
Tisha: ¡¡A Gran Canaria!! - chilló mi madre muy dichosa. Se me acercó y me agarró de las manos feliz. - Tu padre me ha dado la sorpresa antes. Me ha recogido de la academia y me ha enseñado los billetes. ¿Se puede ser más romántico? - miró a mi padre con un brillo especial en los ojos.-.Allí fue donde nos conocimos.
Suspiró y fue junto a mi padre. Se sentó sobre el reposabrazos y se dejó abrazar por él.
Enrique: Hace unos días no nos lo habríamos podido permitir, pero ahora todo ha cambiado. Por fin las cosas nos empiezan a ir bien.
Mi madre le dio un beso en los labios y le dijo en tono meloso:
Tisha: Gracias, mi amor.
Sin despedirme, salí a la calle. Caminé durante un buen rato, sin fijarme por donde iba. Necesitaba respirar aire puro. Jamás había visto a mis padres tan felices. Era triste pensar que había hecho falta un aumento de sueldo para que fueran más cariñosos entre ellos, pero ¿que importaba? Lo importante era que desde hacía años no los veía así. ¿Cómo podía ser la causante de que todo eso terminara igual de rápido que había ocurrido?
¿Y mi hermano? Era tan injusto pensar que todas sus ganas y esfuerzos iban a ser en vado. El atletismo es su vida. Nunca se había planteado a dedicarse a otra cosa, ya que siempre ha estado seguro de que alcanzaría su sueño.
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PONNY Y BARKEN [COMPLETA]
Teen FictionAlfonso me empotró contra la taquilla, haciéndome daño en la espalda. Ahogué un gemido de dolor y le mantuve la mirada lo mejor que pude. - Me parece que no lo entiendes Anahí. No había nadie por el pasillo por si necesitaba chillar, suplicar por ay...