Tisha: Cariño, ¿a dónde vas?
Mi madre me vio con un vestido negro muy estrecho y tacones.
Anahí: Voy a salir con Christopher y Alfonso a una discoteca, mamá. No sé a que hora llegaré.
Tisha: Bueno, tampoco te pases.- me advirtió mientras yo me pintaba los labios de un tono rojo cereza.
Anahí: No te preocupes, no tengo intención de estar mucho rato.
Tisha: Entonces, ¿para qué sales?
Cerré el labial y oí el pitido del coche. Supuse que eran ellos y agarré mi bolso negro.
Anahí: Porque soy una buena amiga.
Bajé casi a trompicones y antes de irme le di un beso muy sonoro en la mejilla a mi padre. En cuanto salí por la puerta los vi vistiendo de camisa. Ambos se quedaron con la boca muy abierta al verme así vestida. En realidad era comprensible, ya que nunca me había arreglado ni la mitad; pero la verdad era que no quería que Maite me reconociera. Solo tenía pensado intervenir en su noche si veía algo raro con el comportamiento del musculitos idiota.
Anahí: ¿Los he dejado sin palabras? - me burlé y sin esperar sus respuestas, me senté en el asiento del copiloto.
Chris: Podías haber esperado a que te abrieramos, cielo. - me regaño cariñosamente mientras se sentaba en el asiento trasero.
Anahí: Pero no tengo cinco años.
Alfonso: ¿Te has puesto así de guapa por nosotros, nena? - me acarició el muslo desnudo.
Le quite la mano y le sonreí de manera provocadora.
Anahí: Por supuesto que... no. - sonreí de medio lado y me acomodé, poniendo su cadena de música bastante alta.
Gruñó y la apagó de golpe. Cuando llegamos a la disco, no tuvimos que hacer cola, sino que entramos directamente. En ese momento recordé porque no me gustaban eso sitios. Había mucho ruido, humo, olor a cigarro... Puse cara de asco, pero la disimulé cuando vi como los dos me analizaban. Claramente sabían que había querido ir por algo y no porque en realidad me gustara el sitio.
Me llevaron a una sala VIP, en donde no había nadie. Veías perfectamente a toda la gente bailando en la pista de abajo, pero ya no te sentías tan agobiado. La sala tenía dos sillones de cuero y un carrito con diversas bebidas alcohólicas. Mis dos guardaespaldas, Bruce y Michael, estaban en la esquina, con los brazos cruzados tras la espalda.
- ¿Quieres beber algo? - me preguntó una muchacha que debía trabajar ahí.
Alfonso: No, no va a tomar nada. - respondió por mi.
La muchacha salió escopeteada y no podía culparla.
Anahí: ¿Porqué no puedo? - me crucé de brazos.
Chris: ¿Porque eres una bebé? - se burló.
Los ignoré y me acerqué a la zona que paresía una especie de balcón, por donde veía desde el segundo piso la pista de baile de abajo. Intenté buscas a Maite, pero no la veía por ningún lado. ¿Dónde se habría metido?
Alfonso: ¿A quién buscas, nena?
Anahí: Solo miro el ambiente. - le respondí de manera convincente.
Christopher miró la hora en su reloj.
Chris: Vamos a hablar con el capullo y así podemos pasar el resto de la noche tranquilos.
Alfonso asintió y me acarició el brazo.
Alfonso: No te muevas aquí. - señaló con la cabeza a Bruce y Michael.- Ellos cuidarán de ti. No les causes problemas. ¿Vale?
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PONNY Y BARKEN [COMPLETA]
Teen FictionAlfonso me empotró contra la taquilla, haciéndome daño en la espalda. Ahogué un gemido de dolor y le mantuve la mirada lo mejor que pude. - Me parece que no lo entiendes Anahí. No había nadie por el pasillo por si necesitaba chillar, suplicar por ay...