Omnisciente
Alfonso y Christopher estaban en el almacén del casino más visitado de la ciudad, obviamente, propiedad de Christopher.
Muchas tardes se reunían ahí y hacían negocios mientras jugaban póker. En realidad, el póker era una trivialidad, ya que lo realmente importante era sacar tajada de todo. Todos sabían que Alfonso era el amenazante y Christopher el sensato, es decir, uno hacía de poli bueno y otro de poli malo; salvo que los polis hacían respetar la ley, mientras que estos la infligían.
Ambos estaban reunidos con unos rusos que pretendían expandir su cadena de hoteles por Estados Unidos y le estaban pidiendo ayuda económica, financiación a Alfonso.
Alfonso: ¿Qué me ofrecés a cambio?
- preguntó este mientras se encendía un cigarrillo.Christopher miraba a los rusos con fijeza y ni siquiera pestañeaba. Parecía que los estuviese analizando y haciendo un informe en su cabeza.
El que llevaba la voz cantante, se puso a sudar y se ajustó la corbata. Comenzó a titubear:
- Podemos ofrecerle un diez por ciento de los beneficios durante tres años. - sacó un contrato de su maletín y se lo paso a Alfonso con lentitud.
Christopher siguió con la mirada el papel. Alfonso recogió el contrato y lo miró por encima.
Alfonso: Entiendo. - exhaló humo y dijó fríamente. - ¿De verdad cree tu jefe que voy ayudarlo por tan poco? Me parece que no sabe quién soy.
- Tal vez... se pueden...- temblaba e intentaba controlarse, pero no podía. Christopher sonrió con sarcasmo.-... renegociar las condiciones.
Alfonso arqueó las cejas con asombro. Se echo hacia delante y les dejó ver como aplastaba el cigarrillo sobre el contrato. Les sonrió ampliamente y les preguntó en voz baja, pero contundente:
Alfonso: ¿Les ha quedado claro?
Ambos asintieron blancos como la cera y se levantaron a trompicones. Salieron del almacén con mucha rapidez.
Christopher rio y le dijo:
Chris: Menuda han intentado colarte.
Alfonso bufó.
Alfonso: ¿Se creen que soy idiota? Poco me ha faltado para mandarle a sus hombres con un par de marcas en sus caritas blancas.
Christopher rio y se levantó de la mesa de póker para dejarse caer en un cómodo sofá, que estaba en una esquina. Los dos estuvieron en silencio, pero sabían lo que estaba pensando el otro. Ninguno podía olvídarla. En cuanto la habían visto, sabían que era ella. Lo que no se hubiesen esperado es que tuviese ese humor de mil demonios y ese coraje. A Christopher le divertía, pero a Alfonso le molestaba profundamente. Él era demasiado celoso y posesivo, al igual que mandón. Sin embargo, Christopher utilizaba más el sentido del humor para ganarse a las chicas; aunque también era bastante posesivo cuando veía necesario.
Tocaron a la puerta y los obligaron a despertar de sus sueños. Alfonso dio permiso para que entrasen. Era uno de sus hombres.
- Ya tengo el informe que había pedido señor.
Se lo dio y se fue. Christopher se acercó ansioso. Ahí estaba toda la información sobre Anahí.
Alfonso permanecía quieto mientras observaba como su amigo y compañero leía todo lo que había en esas hojas.
Alfonso: ¿Y bien? - le preguntó.
Christopher lo miró y dijo con burla:
Chris: Nunca se te ha dado bien esperar. - se volvió a sentar con los papeles y empezó a soltar información tras información en voz bastante alta -. Se llama Anahí Puente Portilla y tiene diecisiete años. Pasó parte de su infancia aquí, hasta que su abuelo murió y se mudaron a Madrid. Después, con la muerte de su abuela, decidieron volver. Su padre es contable y su madre trabaja en distintas academias de idiomas. No tiene mucha estabilidad económica por lo que parece - Alfonso y Christopher se miraron fijamente durante un segundo. - Sabe muchos idiomas: inglés, francés, alemán, japonés... Parece que va a estudiar empresariales y que ha logrado entrar a Chilton mediante una beca.
Christopher siguió dando más detalles sobre la vida de Anahí, en especial, centrándose en sus padres, su hermano, sus amigos en España, sus ex... Alfonso lo escuchaba todo atentamente mientras tenía los ojos cerrados. No podía dejar de pensar en ella. Sus ojos lo tenían hipnotizado, y su carácter lo impactaba. Esa chica no se acobardaba con nada. Lo que más les llamaba la atención a Christopher y a él era que ninguna chica se había enfrentado a ellos. Jamás.
Christian, el primo de Alfonso, entró en la sala. Este ayudaba a los dos en sus negocios y estos confiaban ciegamente en él. Nunca dudaban en pedirle consejos o ayuda porque sabían que era de fiar y no haría nada que los perjudicase.
Christian: ¿Qué están haciendo?
- curioseó.Christopher lo miró sonriente y le pasó los papeles. En ellos habían varias fotos de Anahí. Christian silbó con una amplia sonrisa lobuna y comentó:
Christian: ¡Menuda chica! Está bien buena. ¿Quién es?
Alfonso fulminó con la mirada a su primo y le respondió.
Alfonso: ¡No te importa! Ni la mires
- le advirtió señalándole con su dedo índice.Christian dejó los papeles en la mesa y retrocedió con las manos en alto mientras fingía inocencia.
Christian: ¡Vaya! Hoy mi primo está de mal humor.
Christopher volvió a juntar todos los papeles y los guardó en un cajón bajo llave. Miró al primo de su amigo y dijo seriamente.
Chris: Es ella.
Christian puso cara de desconcierto, ya que en un principio no sabía a qué se refería; pero al final, se dio cuenta y abrió la boca muy sorprendido. ¿Cómo no se había dado cuenta con la actitud defensiva de su primo?
Christian: ¿Cómo están tan seguros?
Chris: Solo hemos tenido que mirarla
- dijo como si fuese lo más normal del mundo.Christian se pasó la mano por el pelo sorprendido y preguntó:
Christian: ¿Qué piensan hacer?
Alfonso lo miro con una ceja alzada como si estuviese loco.
Alfonso: ¿Que qué pensamos hacer? ¡Es nuestra!
Christian puso los ojos en blanco y dijo:
Christian: Alfonso, es cierto que tienes ya mucha experiencia con las chicas, pero estoy seguro de que ella no es como el resto. - Christopher asintió dándole la razón, mientras se cruzaba de brazos. - No puedes pretender acercarte a ella y decirle en plan de hombre de las cavernas "eres mía". La asustaras y solo conseguiras que se aleje de ustedes. En menos de lo que habrán pensado, estará huyendo de vuelta a España.
Christopher suspiró y le dijo a Alfonso:
Chris: Christian tiene razón.- Alfonso bufó molesto. - Recuerda el carácter que tiene. ¿Ya te has olvidado de cómo se ha enfrentado a Dulce y a Angie? Además, nos ha desafiado abiertamente. Está claro que no le hemos caído muy bien.
Christian: ¿Me he perdido eso? - dijo con voz triste.
Alfonso y Christopher se miraron. Los dos querían lo mismo, pero consiguiéndolo de maneras distintas. Alfonso sabía que Chistopher tenía razón, pero la paciencia no era una de sus virtudes. No quería esperar, no podía hacerlo. Habían estado mucho tiempo esperando a la indicada y Anahí lo era. ¿Por qué no podían reclamarla y ya?
Alfonso: ¿Qué propones entonces?
Chris: Vamos a darle tiempo. - antes de que este protestase, Christopher continuó - Vamos a observarla y ver cómo es. Tenemos que estar preparados, Alfonso. No podemos saltar sobre ella. Imagínate la opinión que debe de tener sobre nosotros. Si encima vamos y le decimos que va a estar con nosotros... No me sorprendería que se fuese del instituto.
Alfonso: Que lo intente. - amenazó rechinando los dientes fuertemente.
Chris: Mira, no dudes de que haré lo que haga falta para que no se vaya de mi lado, pero prefiero intentarlo primero de otra manera. ¿Te parece bien?
Alfonso se levantó con una cara de humor de perros. No le gustaba tener que mantenerse alejado de ella, pero Christopher tenía razón sobre que podía marcharse muy rápido si veía sus intenciones.
Alfonso: Está bien, pero si no funciona a tu manera, lo haremos a la mía.
Christopher asintió y Christian se frotó las manos emocionado:
Christian: Algo me dice que esto va a ser muy divertido.
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PONNY Y BARKEN [COMPLETA]
Teen FictionAlfonso me empotró contra la taquilla, haciéndome daño en la espalda. Ahogué un gemido de dolor y le mantuve la mirada lo mejor que pude. - Me parece que no lo entiendes Anahí. No había nadie por el pasillo por si necesitaba chillar, suplicar por ay...