Han pasado tres días desde que Christopher y Alfonso me dejaron. Puedo decir sin dudarlo que han sido los más angustiosos de mi vida.
Como una ilusa, pensé que tal vez el día siguiente se arrepentían y querían oír mi versión de los hechos; pero no fue así. Los alumnos de Chilton cuchicheaban y se burlaban de mi al ver como mis novios me ignoraban. Cuando cruzaban conmigo por el pasillo, ni siquiera se dignaban a mirarme de reojo. Hacían como si nunca hubiera formado parte de sus vidas. ¿Acaso me merecía tanta indiferencia?
Maite: ¿Cómo estas?
Maite y Diego habían pasado a ser mis sombras en el instituto. Maite era el hombro donde lloraba; y mi hermano, mi mayor defensor. No dejaba que nadie se me acercara para burlarse de mi.
Anahí: Bien. - le respondí secamente.
Diego: No digas que bien cuando lloras durante toda la noche.
Maite miró con reproche a Diego, pues este, desde que se había enterado de lo del chantaje, había cambiado radicalmente. No me trataba mal, al contrario; pero sabía que sentía gran frustración por el hecho de que no le había contado nada.
Anahí: Estoy mejor. - susurré.
Mientras caminábamos a las taquillas, veía como todos nos miraban por el rabillo del ojo y se reían. Algunos disumulaban tapándose la boca con la mano, pero otros se reían abiertamente de mi.
Maite: ¡Quieto!
Diego estaba más que preparado para darle un rapapolvo a más de uno.
Diego: Van a recibir una buena paliza. - masculló furioso.
Anahí: No quiero más problemas. No los tomes en cuenta.
Diego: ¿Bromeas? - me miró de forma incrédula. - ¿Quieres que mire hacia otro lado?
Anahí: Sí, eso quiero que hagas.
Maite: A quien habría que darle su merecido es a la madre de Christopher. - dijo furiosa. - Habría que sacarle el bótox de sus mejillas a puñetazos.
Diego: ¡Esa es mi chica! - dijo orgulloso.
Sí, la madre de Christopher se merecía que le devolviera el golpe; pero no me sentía con fuerzas suficientes para vengarme. Me sentía sola y decepcionada. Christopher y Alfonso me habían defraudado profundamente. Yo había actuado de forma estúpida e inprudente, lo sabía; y también sabía que tenían motivos para estar furiosos conmigo.
¿Pero tan mal me había portado para que ni siguiera me escucharan? ¿Para que me empujaran? ¿Para que me insultaran y menospreciaran de la forma que lo hicieron?
En ese momento lo que deseaba era olvidarme de ellos y seguir con mi vida. Si no habían querido escucharme, ¿por qué tenía que seguir pensando en ellos? Tal vez el orgullo me cegaba, pero no pensaba dar yo el paso, en el caso de que alguien lo diera.
Maite: ¿No tienes que ir a entrenar? - le recordó a Diego.
Estaba claro que deseaba insistir con el tema de la madre de Christopher, pero al ver que no había recibido respuesta de mi parte, prefirió cambiar el tema.
Diego: Pensaba ir más tarde y acompañarlas a las clases.
Anahí: No hace falta, Diego. - lo último que quería era que dejara pasar la oportunidad que le habían dado por mi culpa. - Ve tranquilo.
Diego: ¿De verdad? - insistió preocupado. - No me importa entrenar más tarde.
Anahí: En serio, - intenté regalar mi más sincera sonrisa, aunque me costaba. - Ve.
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PONNY Y BARKEN [COMPLETA]
Teen FictionAlfonso me empotró contra la taquilla, haciéndome daño en la espalda. Ahogué un gemido de dolor y le mantuve la mirada lo mejor que pude. - Me parece que no lo entiendes Anahí. No había nadie por el pasillo por si necesitaba chillar, suplicar por ay...