Epílogo

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Seis meses después

Era increíble lo rápido que había pasado el tiempo. Parecía que fuera ayer cuando decidí seguir el consejo de Diego y mudarme a París. Ese cambio en mi vida me benefició en muchos aspectos.

La carrera de Bellas Artes me apasionaba y disfrutaba día a día de las prácticas que ofrecía. Había llegado a trabajar en el Louvre gracias a las recomendaciones que daban de mi los profesores.

A pesar de que mi vida en París fuera espectacular, debía reconocer que el comienzo fue muy duro. Al principio no me hacía a la ciudad, la gente... Extrañaba mi hogar, mi familia y... a ellos.

Parecía que mi mente se hubiera negado a olvidar mi pasado. Aunque estuviera tan alejada de ellos, su recuerdo acudía una y mil veces a mi memoria. Afortunadamente, con el paso del tiempo, pensaba menos en ellos. No obstante, eso no significaba que no los recordara más. Simplemente ya no estaban tan presentes en mis pensamientos. Había tenido que aprender a vivir sin ellos, a aceptar que nunca habría un fituro en común.

Anahí: ¿Cómo te va todo con Diego?

Maite me llamaba a diario, sin pararse a pensar en la diferencia horaria. Muchas veces, o mejor dicho, casi siempre, me despertaba; lo que me ponía de muy mal humor. Aun así, era incapaz de enfadarme con ella, pues sabía que lo hacía por saber de mi y contarme sus nuevas noticias.

Maite: ¡Genial! - dijo feliz. - El otro día me llevó de picnic.

Anahí: ¿Picnic? - me burlé mientras buscaba dentro de mi armario un conjunto elegante para mi trabajo en Louvre. - ¡No sabía que era tan ñoño!

Maite: ¡No es ñoño!

Anahí: Lo es. - dije burlona.

Maite: ¡No! Es sensible.

Anahí: Sí... claro. - dije divertida.

Maite: ¡Agh! Eres imposible. Bueno, cuéntame. ¿Qué tal en el trabajo?

Anahí: Me encanta, Mai. - sonreí. - No me disgustaría quedarme a trabajar ahí.

Maite: ¡Eh, eh! - me interrumpió. - ¿Ya se te ha olvidado que en teoría solo fuiste para estudiar una carrera?

Anahí: ¿Cómo se me va a olvidar si me lo recuerdas al diario?

Maite: ¿Y cómo no voy a hacerlo si todo en París es maravilloso?

Anahí: ¿No me puede gustar?

Maite: No más que eso. Me da miedo que luego no quieras volver.

Suspiré.

Anahí: ¿Tan horrible sería?

Maite: Tu vida a cambiado, pero la nuestra no. Te echamos de menos.

Anahí: Y yo a ustedes, pero aquí... - sonreí levemente mientras me echaba el cabello para atrás. - soy feliz.

Maite: Lo sé. - resopló. - Supongo que tendríamos que hacernos a la idea.

Anahí: Sí. - miré el reloj y me asusté al ver la hora que era. - ¡Dios! Tengo que irme ya, o llegaré tarde.

Maite: ¡Bah, te adoran! - bufó. - Puedes permitirte llegar tarde. No se atreverían a echarte.

Anahí: Hay una cosa que se llama profesionalidad.

Maite: ¡Aburrida! - rió. - Por cierto, y ya te dejo, lo prometo. ¿Ese tal Kuno sigue echándote la caña?

Anahí: ¿En serio? - bromeé al ver su cambio de tema.

Maite: Quiero saber si tu compañero de trabajo te coquetea. Vi una foto de ustedes en Facebook. La verdad es que es muy guapo, eh.

Anahí: Es un amigo, solo eso.

PONNY Y BARKEN [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora