Capítulo XXVI

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— ¡Qué bien huele! — Dice Derek al bajar las escaleras.

Tiene razón, huele de maravilla y me rugen las tripas. Al final en el Grill no pude comer las famosas patatas que pidió Derek. Ojalá haya otro momento para poder compartirlas.

Nos sentamos a la mesa y mis hermanos sirven la cena, han hecho dos pizzas caseras enormes. Una de pollo, jamón york y queso y otra de barbacoa.

Voy a coger un trozo de la pizza de pollo cuando Sam pone una fuente enorme de patatas en medio de la mesa. Las miro fijamente, son patatas, con queso y bacon. No puede ser, miro a Derek un poco confusa.

— El camarero me dijo que habías pagado la cuenta pero no habías podido disfrutar de ellas, así que le dije que me las pusiera para llevar. Se las di a tu hermano cuando me abrió, no quería que te quedaras sin comerlas.

— Muchas gracias, qué pinta tienen. — Se me hace la boca agua. — Jo, muchas gracias, de verdad, es un detalle.

— No se merecen, ¡que aproveche! — dice sonriendo.

— ¡Qué aproveche! — les digo, cojo un trozo de la pizza, con el tenedor cojo patatas y empiezo a comer. Saben a gloria.

— Si recalentadas en el horno están así de buenas, no quiero imaginar cómo estarán recién hechas — dice Tom. Le encanta comer y esto seguro que es un manjar para él.

Derek me mira con gusto, les da las gracias a mis hermanos y coge un trozo de la de barbacoa. Le gusta y les dice que está muy buena.

— Cuéntanos Derek. ¿Qué quieres estudiar después del instituto?

— Estaba valorando un par de opciones pero esta noche me he decidido por fisioterapia, quizá con especialidad deportiva.

Mis hermanos se miran.

— Lo has decidido esta noche.

Me muero de vergüenza.

— Masajes a parte, queríamos agradeceros lo que habéis hecho por Luna mientras no estábamos aquí. Nos gustaría invitaros a cenar un día de estos. Así conocemos a tus padres.

— Seguro que están encantados, adoran a Luna y tienen ganas de conoceros.

— Nosotros también a ellos. Luna habla maravillas de TODOS vosotros.

Dice TODOS con demasiado énfasis. ¿A dónde quiere ir a parar?

— Y dime, ¿tienes novia?

Casi me atraganto, le lanzo una mirada asesina a Sam.

— Hermanito, eso no es asunto tuyo.

— Tranquila Luna, no pasa nada. No tengo novia, estoy soltero.

— ¿De verdad? — Contesta Sam mirándome y sonriendo.

¡Menuda encerrona! De esta no salen vivos.

Love Atrévete a enamorarte (#Love I)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora