Capítulo LXVIII

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Bajo a desayunar por la mañana y mis hermanos están oyendo las noticias en la radio. Dicen que Luke salió anoche del calabozo y tiene un coche patrulla en la puerta de su casa. Nadie ha salido desde entonces ni han hecho más declaraciones. El entrenador fue dado de alta la misma noche de la agresión y de momento no ha presentado cargos. No hay más novedades y los medios siguen sin publicar los motivos de la expulsión de Luke.

— Seguro que sus padres tienen algo que ver en eso — respondo asqueada. — Harían lo que fuera con tal de mantener la reputación de la familia.

— Poca reputación queda ya por mantener — sentencia Tom.

— De tal palo tal astilla — dice Sam refiriéndose a la agresión al periodista por parte del padre de Luke.

— Luna, sería bueno que preguntaras a Justin a ver si su amigo policía sabe algo más. Ya sabes que las noticias dicen lo mínimo y muchas veces de manera errónea.

— Sí, es cierto, luego cuando le vea le pregunto. Imagino que si supiera algo ya me lo habría dicho. Le pediré que llame a su amigo.

— Cuéntanos con lo que sea.

— Claro.

Llaman al timbre y voy a abrir. Al otro lado está Derek con su preciosa sonrisa, va a saludarme pero no le dejo, me lanzo a sus brazos y le abrazo fuerte. Sólo me siento segura cuando le tengo cerca, cuando me abraza con esos brazos tan fuertes y protectores.

— Buenos días pequeña. Cuánto amor por la mañana — dice sonriendo.

Le doy un beso y le sonrío. — Por ti, siempre.

Nos despedimos de mis hermanos y vamos al coche. Ya no me tomo la pastilla y me duele menos, aunque aún no puedo caminar sin la muleta porque fuerzo demasiado la pierna. Poco a poco la dejaré de usar. Quizá en casa camine sin ella pero para salir, por si acaso, me la llevo.

Tenemos suerte y aparcamos cerca de la puerta del edificio. Salimos del coche y Derek se queda de piedra. Sigo su mirada y veo un coche demasiado llamativo y caro para ser de un alumno. Es un Mercedes Clase S Berlina, de un color rojo pasión.

Entramos en el instituto y Katy viene corriendo.

— Derek...

— Lo sé — dice con gesto serio.

— ¿Qué sabes? — Pregunto mirando de uno a otro.

— No quieras saberlo — responde Katy.

— Sí, sí quiero saberlo — estoy un poco cansada de que me oculten cosas. Siempre me las acaban contando pero, joder, quiero saberlo. Sobre todo porque Derek está muy serio y su mirada no me gusta.

Va a hablar cuando se cierra de un portazo la puerta del despacho del director. Todos nos giramos y veo salir a una mujer de pelo rojo. Lleva hecho un moño, un vestido negro, unos tacones demasiado altos y unas gafas de sol. A parte de un collar de perlas, unas perlas demasiado grandes para mi gusto.

Love Atrévete a enamorarte (#Love I)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora