— No te vayas, por favor — repito ante su silencio. — Lo siento, lo siento por todo, de verdad. No quería ponerme así. Me ha cegado mi odio por ella y no me he dado cuenta de que te estaba haciendo daño — guardo silencio un momento. — Puede que ese sea el problema.
Doy media vuelta para volver a casa cuando Derek me agarra del brazo.
— No hay ningún problema, Luna.
— Sí, sí lo hay. El problema soy yo. Que actúo sin pensar. Y no hablo de lo que pasó, hablo de ahora. No quería sacar el tema hasta que estuviésemos solos pero mi hermano lo ha sacado y he aprovechado para meter presión. En mi interior necesitaba que esa persona fuese castigada por todo el mal que ha hecho, que no se fuera de rositas otra vez y no me he dado cuenta de que te estaba agobiando demasiado. Es tu decisión y la apoyaré, sea cual sea. Tú eres lo más importante para mí.
Derek me mira sin decir nada y yo me estoy poniendo muy nerviosa.
— No tienes que decirme nada, sólo vuelve a casa conmigo, por favor.
— Tú y tu manía de salir corriendo sin abrigo — dice con una media sonrisa, lo que hace que me sonroje.
Se quita su abrigo y me lo pone por encima.
— No, no te lo quites no quiero que te resfríes.
— Mejor yo que tú.
Me pasa el brazo por los hombros y caminamos de regreso a casa. Le he montado el pollo del siglo y aún así sigue preocupándose por mí. No sé cómo hacer las cosas porque haga lo que haga la acabo cagando. Creo que es mejor que me quede callada y quietecita durante un tiempo.
Cuando llegamos a casa, Tom está esperando apoyado en el marco de la puerta.
— Como Derek se ponga malo caerá sobre tu conciencia — dice Tom con tono de broma.
— Si cae malo, le cuidaré, seré su enfermera personal — le respondo sacándole la lengua.
— Vamos, entrad parejita, la cena ya casi está.
Entramos en el salón y no hay ni rastro de Sam. Me da miedo que baje porque no quiero discutir con él, pero también me da miedo que no baje porque no podré dormir con el nudo que siento en el pecho después de ver su reacción.
Tom siempre ha sido más pacífico, tiene más temple y sabe llevar mejor las situaciones. En vez de regañar, te hace ver lo que has hecho mal pero Sam se cabrea, te lo echa en cara y te hace saber, por si no te has dado cuenta, que has metido la pata hasta el fondo.
Es lo que no me gusta de él. Sus reacciones siempre son exageradas.
«Vaya, eso me suena». Cállate. Maldita conciencia.
Vamos a poner la mesa pero me paro al pie de las escaleras.
— ¿Te importa ayudar a Tom? Necesito hablar con Sam.
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Love Atrévete a enamorarte (#Love I)
Teen FictionLuna Miller es una chica única y especial, nunca se muerde la lengua y eso le ha traído muchos problemas. Por motivos familiares, cada año vive en una parte diferente del mundo. Ha decidido que este año será distinto, Luna sólo quiere que su último...