Capítulo XXXVIII

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Cuando abro los ojos me siento emocionada y nerviosa a la vez. Ha llegado el día de la fiesta, y aunque anoche estaba muy segura de que quería ir, hoy no lo tengo tan claro. Es mejor dejar de pensar, sólo voy a disfrutar y ya está. Si la primera fiesta a la que fui salió bien y apenas conocía a nadie, hoy, que voy con mis mejores amigos y mi novio, no hay nada que pueda salir mal. Cuando bajo las escaleras veo a Tom en la cocina tomando un café, va vestido muy elegante, es su mejor traje.

— Buenos días preciosa.

— Buenos días precioso. Qué elegante vas, ¿Qué celebramos?

— Tenemos una comida con unos inversores. O más bien, con el jefazo y sus inversores. Es el hombre de Nueva York, del que te hablamos hace poco.

— Ya recuerdo. Seguro que todo os sale bien, os deseo mucha suerte.

— Estaremos todo el día fuera, ¿por qué no le dices a Derek que venga aquí contigo?

¿Pasar todo el día con mi novio, en mi casa, los dos solos? ¡OBVIO QUE SÍ! Subo corriendo a mi habitación para llamarle. Cuando cojo el móvil me tiemblan las manos. Prácticamente nos vemos todos los días pero llevamos muy poquito tiempo juntos y siempre que se menciona su nombre o le veo me pongo a temblar. No de miedo claro, sino de emoción y nervios.

— Hola pequeña, ¿qué tal has dormido?

— Muy bien, ¿y tú cariño?

— Genial, soñando contigo — ay, me lo como.

— Mis hermanos van a comer fuera, cosas de negocios, ¿te apetece venir a pasar el día conmigo?

— ¡Claro que sí! Enseguida llego. 

Nos despedimos y cuelga. Le ha hecho mucha ilusión, igual que a mí. Salgo de mi habitación emocionada pero me paro, mis hermanos están en el despacho y parecen preocupados.

— Sabes que si todo sale bien...

Le corta Tom. — Va a salir bien, ya lo verás. Ten más confianza en nosotros.

— La tengo, por eso te lo digo. Si todo sale bien, no sólo abriremos sucursal en NY. Este hombre tiene mucha influencia y poder. Si le caemos en gracia y le gusta nuestro plan de negocio, la apertura puede ser mundial. Y sabes lo que eso significa, ¿verdad?

— Ya lo sé Sam. Es nuestro sueño, pero no quiero dejar a Luna sola el último año, ni obligarla a que venga con nosotros. Por primera vez en muchos años es feliz.

— Ya lo sé...

Ambos se quedan callados. Sé lo que eso significa. Si todo sale bien, se van a tener que ir. Volverán aquí cada cierto tiempo, pero sus viajes en vez de ser de unos días, serán de varias semanas. Me da mucha pena pero no quiero interponerme en su sueño. Al fin y al cabo el año que viene quien se irá seré yo. Y no quiero que pierdan una oportunidad como esta por mi culpa. Ellos lo saben, pero necesitan oírmelo decir, así que entro en el despacho sin llamar.

Love Atrévete a enamorarte (#Love I)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora