CAPÍTULO 1: el rubio

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Hyeji

-¡Ni siquiera tienes madre, mal nacida!


No dudé ni un instante y le solté una bofetada en la mejilla izquierda.


Lo que se escuchó a continuación fueron solamente sus quejidos y los gritos de sus compañeras por haberle golpeado. Sangre salía de su boca, probablemente le rompí el labio o algo parecido. La bolita de amigas que en un inicio había comenzado a intimidarme parecía ahora intimidada.


-Intenta decirlo nuevamente y te partiré la otra parte de la cara también.


Todas retrocedieron dos pasos inconscientemente, asustadas.


-¡Te arrepentirás de esto! - Misuk gritó intentando recobrar la postura frente a su grupo de matonas. Sin embargo, en esta ocasión se había metido con la persona equivocada.


-Ya lo veremos Misuk, ya lo veremos - sonreí irónica lo cual les causó aún más miedo provocando que salieran del espacio reducido que hay entre salones lo más rápido que sus pies les permitían.


-¡Ja! Miedosas.


Sacudí el polvo de mi falda gris oscuro de tablones. Mi blusa blanca también tenía tierra en la parte de atrás pero me era difícil limpiarlo. Misuk y sus amigas se habían encargado de tirarme la comida y quitarme el poco dinero que tenía en mi bolsita que estaba designado para tomar el autobús de regreso a casa, y al hacerlo me tiraron al suelo, justamente en donde habían tirado mi sándwich.


Ahora ya no tengo comida ni dinero para el autobús.


Podría estar triste en este momento, pero a este punto ya nada me importa.


Ellas me pudieran seguir quitando la comida y dinero, pero que no toquen el tema de mis padres porque entonces si respondo.


Apenas terminé de limpiar mi ropa y sonó la campana indicando que el receso se había terminado.


-Increíble - dije sarcástica y comencé a caminar hacia el salón de clases.


Caminaba lentamente por el pasillo hasta que un chico alto de cabello rubio chocó contra mí.


-Deberías ver dónde caminas - dijo molesto, mirando por debajo de su hombro.


Como odio eso.


-Tu fuiste quien chocó conmigo.


Giró sus ojos y dejó ver una mueca en su boca.


-Solo fíjate por donde vas y ya, no te estoy preguntando nada para que me respondas.


Mi sangre comenzó a hervir, pero antes de que pudiera decir algo, uno de sus amigos se acercó hacia él.


-¿Vamos? - el pelirrojo me miró y sonrió ladino. - ¿Nueva conquista?


-¡En sus sueños! - ambos rieron y  siguieron su camino hacia la cafetería.


Tontos.


Continué con mi camino hasta el aula. Al llegar me senté hasta el último asiento junto a la ventana y coloqué un solo audífono en mi oído para escuchar lo que sea que diga el profesor y al mismo tiempo escuchar mi música. Solo eso me hace llevadero el día.


Aun así, las clases pasaron muy lentas lo cual me hizo dormir durante aproximadamente 10 minutos. El profesor ni lo notó.


Al sonar el timbre para salir tomé todas mis cosas y corrí hacia las enormes rejas de la escuela.


Lonely boy | YeonjunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora