CAPÍTULO 12: autobús

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Hyeji

–Beomgyu no bromeaba cuando dijo que podrían conseguir lo que quisiera de comer. – digo mientras le doy un gran mordisco a la carne.


Claro que no, este hospital es de él.


Casi me atraganto al escucharlo.


El rubio inmediatamente me pasa el vaso con agua y me retira la comida para que no vaya a tirarla.


Gracias..


Sonríe y me regresa el plato en cuanto dejo de toser.


Está a punto de decir algo más cuando entra la enfermera junto al doctor.


Señorita Hyeji.


–Doctor. – saludo seria.


Estas personas adultas me dicen que me darán de alta pero que por ningún motivo, razón o circunstancia debo hacer esfuerzo alguno durante al menos una semana. Me recomiendan cambiar mi alimentación por una más saludable a lo cual asiento solamente por compromiso.


Las frutas y verduras están carísimas.


–Seguimos al pendiente, joven Choi.


–Muchas gracias – el rubio sonríe amable y después me mira a los ojos.


"Pum, pum, pum".


Mi corazón se acelera nuevamente pero en esta ocasión trato de callarlo metiendo en mi boca un trozo enorme de carne.


El rubio suelta una risa divertida.


¡Ya! ¡La carne no irá a ningún lado!


–Ya lo sé – digo con la boca llena de comida lo cual provoca otra risa instantánea en el mayor.


Nunca lo había visto reír tanto.


En ese momento entra una llamada a mi celular, es Hanna.


–¿Hanna?


¿Hyeji? Disculpa que te moleste tan temprano, es que estaba intentando recrear la salsa de ayer pero no logro recordar todos los ingredientes. ¿Crees que me puedas ayudar?


Cierto, ella no lo sabe.


–Te mandaré la lista de ingredientes en cuanto cuelgue la llamada.


–¡Perfecto! ¡Muchas gracias!


–Por cierto.. No iré a trabajar lo que resta de la semana.. ¿Crees que puedas cubrirme? Sé que es mucho pedir pero estoy en el hospital y me dijeron que no puedo hacer mucho esfuerzo.


–¡¿Hospital?! ¡¿Qué?! ¡¿Cómo?! ¡¿Por qué?! ¡¿Qué pasó?!


–Tranquila, ya estoy bien.


–Dime en dónde estás, iré para allá inmediatamente.


–De hecho ya me dieron de alta, iré a casa cuando termine de comer. Prometo platicarte qué pasó en cuanto regrese a trabajar.


–Está bien, y no te preocupes por lo otro, yo te cubro hasta que regreses.


–Gracias.


–Pero dime, ¿ya estás mejor?


Involuntariamente volteo a ver al rubio quien me mira fijamente hablar por teléfono y sonrío.


Lo estoy, muchas gracias por preocuparte.


Al colgar la llamada Daniel se retira para realizar los trámites del alta mientras yo cambio mi ropa por el uniforme que traía el día de ayer.


No tienes que hacerlo, yo puedo irme en autobús – digo en cuanto veo que me abre la puerta de su auto.


¿Autobús? Bien. – cierra la puerta de golpe. – Entonces me iré contigo en el autobús.


–¡No! ¡Claro que no! ¡No puedes ir en un autobús!


–Tú tampoco.


–¡Ash! ¡No es por eso!


Choi suelta una risita.


–Tranquila, ya he andado en autobús antes. Así que vamos.


Comienza a caminar hacia la salida del estacionamiento, decidido, sin embargo lo detengo.


Está bien, aceptaré tu ayuda. Pero no quiero que me abras la puerta del auto, yo misma puedo hacerlo.


Sonrió.


¿Acaso le causo tanta gracia?





Yeonjun

Parte de ella me recuerda a Hyori, tan independiente y segura de sí.


Recuerdo que en nuestra primera cita tampoco me dejó abrirle la puerta del auto. De hecho hizo exactamente los mismo gestos.


Cada vez que veo a Hyeji la recuerdo a ella.


Pero no es Hyori.


Hyori ya no está.


Y jamás lo estará.


–¿Qué me ves? ¿Tengo un grano en la cara o algo así?


Suelto una risita.


Eres insoportable, ¿te lo habían dicho?


Voltea los ojos.


Tu no te quedas atrás, rubio.


Sonríe.


Y al instante, mi corazón comienza a palpitar a gran velocidad.


No puedo.. Todavía no puedo.

Lonely boy | YeonjunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora