Lonely boy | Yeonjun

CAPÍTULO 3: Daniel Choi

Hyeji

–¿Y tú eres...?

Chisté los dientes, incrédula.

–¿Acaso eres tonto o te haces? Ni siquiera sé por qué estoy siendo amable contigo. – le di otro mordisco a mi sándwich y volví a colocarme los audífonos.

De reojo alcancé a ver cómo el rubio giró los ojos y salió del salón de clases.

Me molestan las personas así.

Aquellas que se creen más importantes que los demás.

Las clases pasaron en un santiamén y cuando menos me di cuenta había llegado la hora de ir a casa.

–¡Lee Hyeji! – mi mejor amiga se asomó por la puerta. –¡Hoy sí nos iremos a casa juntas!

¡Qué maravilla!

Nótese el sarcasmo.

Me agrada Jungeui, pero hoy no me siento con ánimo para ir a casa acompañada de alguien. Mi energía se acabó hace ya bastante tiempo y lo único que quiero hacer es escuchar música y dormir en cuanto llegue.

–Vamos – fingí una sonrisa y salí del salón de clases con ambos brazos entrelazados.

–¡Por fin podremos ponernos al corriente! ¡Tengo mucho que contarte! ¿Por dónde debería comenzar?

Su idea de ponernos al corriente siempre era sobre que ella me contara sobre todo lo que le pasa durante el tiempo que no nos vemos y yo escucharla. Nada más.

Usualmente no suelo ser muy platicadora, pero tampoco es como si ella me diera tiempo para hablar. Pero está bien, es decir, si eso me hace tener al menos una amiga entonces creo que puedo soportarlo.

Comenzó contándome sobre su idea de implementar cojines en los asientos de los alumnos pero la conversación terminó en cuanto vio al rubio sentado en las escaleras de la escuela rodeado de sus cuatro amigos.

Ella lo busca cada que puede y él la rechaza. Por eso también dejé de acompañarla durante los recesos y las horas de salida.

No me agrada este tipo.

–¡Daniel Choi! ¡Hola! – mi amiga hizo el intento para que él la notara, sin embargo éste susodicho solamente le sonrió y giró sus ojos en cuanto tuvo la oportunidad de que ella no lo viera.

Repito, me molestan las personas así.

Daniel Choi, hijo mayor de una familia prestigiosa con su propia cadena de Hoteles en Corea, Europa y Estados Unidos. He escuchado decir a Jungeui que tiene una hermana menor pero nadie la conoce. Solo sabe que vive en Estados Unidos con una amiga.

Daniel es un completo amargado que trata bien a las mujeres por mera conveniencia. Es decir, las trata bien cuando quiere algo a cambio y para quedar bien. Sin embargo, es famoso por ser el soltero más codiciado de la escuela. Nadie ha podido atrapar su corazón hasta ahora.

Su amargado corazón, por supuesto.

Hay algunos rumores sobre él, pero prefiero no creer. Al final de cuentas, a mi no me interesa.

Frente a él se encuentra su compañero de aula, Kang Taehyun. Millonario. No es el hijo mayor de su familia pero según los rumores es el siguiente en tomar el mando como CEO de su empresa. Arrogante, por supuesto.

A su lado podemos notar al pelinegro de perfil griego, Huening Kai. No es de Corea pero sus padres hicieron negocios con la familia Choi así que tuvieron que venirse para completar el trato. Mujeriego. Próximo en la línea y millonario también.

Todos lo son, de hecho.

Frente a él se encuentra el delegado Choi Soobin, de la clase A. Es compañero de Jungeui. Según ella es un presumido que solamente habla con gente de dinero. Casi nunca habla con nadie más fuera de su círculo. Su familia tiene una línea de restaurantes cinco estrellas en diversos países, incluyendo América. Tiene un hermano mayor pero Soobin es quien heredará el puesto de CEO en la empresa de su familia.

Y el último en el círculo de amigos es Choi Beomgyu, el pelirrojo que está en mi clase. Hijo único. Su familia tiene muchas propiedades a lo largo y fuera del país, eso sin mencionar que sus papás son dueños de los más reconocidos hospitales de todo el mundo. Es de ascendencia japonesa, directamente de la familia real. Millonario. Es un presumido de primera, tiene fama de ser un rompecorazones. No tengo ninguna relación o cruce siquiera de palabras con él a pesar de ser compañeros desde que inició el ciclo escolar.

Realmente no me interesa, ni él ni ningún otro miembro de su grupo.

Todos son unos arrogantes con dinero. Lastiman a las personas que se acercan a ellos. Como mi amiga.

Hubiera preferido que se quedaran en Estados Unidos.

–Déjalos ya, no tiene importancia. – intento tomarla de la muñeca para sacarla de ahí pero ésta se suelta con facilidad.

–Me iré más tarde, debo hablar con mi compañero Soobin – decía mientras al mismo tiempo coqueteaba con Daniel.

Giré los ojos, molesta.

Esta chica tiene cero dignidad.

–Haz lo que quieras.

Comencé a caminar hacia la salida pero alguien se interpuso en mi camino.

–¿No me darás tu número de celular para comenzar el proyecto? ¿O es que acaso quieres coquetear conmigo en persona?

Fue suficiente.

–No soy de ese tipo.

–Ah, ¿no? – sonrió coqueto.

Intenté darle una cachetada por lo que acababa de insinuar pero alguien más detuvo mi mano.

–Deberías tener autocontrol. Si alguien te atrapa estarás en problemas – Daniel sujetó tan fuerte mi muñeca que lastimaba. Probablemente mañana tendré una enorme marca roja.

Mi mejor amiga se me quedó viendo algo celosa por que Daniel me estaba sujetando así que rodé los ojos sin más.

–¿Y tú eres...? – y si, se la regresé, aún no olvidaba lo de la mañana. El rubio solo bufó. – Yo decido si me meto en problemas o no, no es de tu incumbencia.

Inmediatamente me solté de su agarre y comencé a caminar hacia la salida.

–¡Nos vemos mañana! – oí que el pelirrojo alcanzó a decir y sus amigos rieron.

Los detesto.

A todos.

Corrí hacia la parada del autobús para no perderlo pues esperar el siguiente tomaría bastante tiempo, pero para mi desgracia se acababa de ir, así que opté por caminar hasta casa.

El camino fue largo pero tranquilo en comparación a otros días. Se sintió como si fuera una compensación por la elevada de azúcar de hace unos momentos.

Llegué a casa, alimenté a Rayas y me fui a dormir ya que es mi día de descanso.

Mañana será mucho mejor.