Hyeji
Desperté apenas comenzó a timbrar el despertador.
–Está fea marca no desapareció. – dije al notar la marca que el rubio me dejó el día de ayer.
Tonto.
Me levanto de la cama y tomo una ducha rápida. Al salir visto mi uniforme escolar y me hago media coleta dejando resaltar el flequillo. Después, camino hacia la cocina y me preparo un pan tostado con mermelada pues es lo único que tengo para comer.
–Te prometo que en la noche cenaremos algo mucho mejor. – acaricio a Rayas antes de salir de casa, no sin antes dejarle un puñado de croquetas.
Tomo mi mochila y al hacerlo me doy cuenta de que no hice la tarea.
–Me las arreglaré en cuanto llegue a la escuela. – me pongo los zapatos y salgo por la débil puerta principal.
Necesita al menos una pintada.
Suspiro.
Tantas cosas que pudiera hacer si tan solo me alcanzara el dinero.
–Buenos días, niña. – saluda la vecina, seria. Son las 6 de la mañana y ya está limpiando su patio.
–Buenos días señora Lee.
Y si, nuestros apellidos son los mismos, sin embargo no tenemos relación alguna.
Vivo algo retirado de la escuela así que salgo temprano de mi casa para poder llegar a tiempo. Responsabilidad. A pesar de no haber crecido con una familia, la responsabilidad fue algo que aprendí desde pequeña en el orfanato.
Y si, dije orfanato.
No tengo padres.
No se si murieron, les pasó un accidente o si el accidente fui yo y me dejaron en ese lugar. Nunca pregunté y la verdad es que tampoco me interesa saberlo. Crecí rodeada de muchas personas que bien o mal cuidaron de mí. Pero también aprendí a cuidarme sola.. por las malas. Trato de no pensar mucho en eso. Una etapa en mi vida que no quiero que nadie conozca.
Recién cumplí los 16 años y se me autorizó vivir por mi propia cuenta. Aproveché la oportunidad y conseguí un trabajo mientras vivía en la calle.
Apenas lo logré.
No muchas personas corren con tanta suerte.
Junté dinero y encontré un pequeño lugar para vivir. Algo lejos del centro de la ciudad para ser específica, pero no me arrepiento, sino todo lo contrario: me siento orgullosa de lo que he logrado.
Mi mente se despeja por un momento y noto que el autobús apenas está por llegar a la parada.
En esta ocasión sí lo alcancé.
Me siento cerca de la ventana y me pongo los audífonos para escuchar un poco de música.
Después de algunos minutos logro visualizar una figura familiar. Es Jungeui.
–¡Hola! – la saludo pero ella me ignora.
Probablemente no me vio.
Continuamos todo el camino sin hablarnos hasta llegar a la escuela.
–Hola Jungeui – me acerco hasta donde está. Al parecer lleva prisa pues, por más que intento alcanzarla no lo logro tan fácilmente. – Te llamé en el autobús pero creo que no me viste – sonrío.
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Lonely boy | Yeonjun
Fiksi PenggemarElla no es la primera ni la única. Choi Yeonjun lo sabe perfectamente bien, sin embargo decide cerrar su corazón a cualquier oportunidad amorosa que se le presente hasta que su corazón sane por completo. O eso era así hasta que conoció a Hyeji quien...