CAPÍTULO 29: cautivadora sonrisa

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Hyeji

Desperté.


¿Rayas?


El minino sólo maulló.


¿Estoy en casa?


Miré a mi alrededor.


No, definitivamente esta no es mi casa.


Intenté pararme lo más rápido que pude pero un fuerte mareo intervino en mi cabeza haciéndome caer en la cama al instante.


–¿Hyeji? ¿Te encuentras bien?


La señora Lee entró a la habitación con una taza de té en su mano.


¿Señora Lee?


–¿Si querida?


–No quiero sonar grosera pero, ¿cómo llegué a aquí? – pregunté mientras tomaba la taza en mis manos. A estas alturas ya había intuido que era la casa de la señora Lee por las fotografías, sin embargo, por más que lo intentaba no lograba recordar nada de lo ocurrido la noche anterior.


Mmm.. Creo que esa pregunta deberías hacerla a la persona que está allá afuera esperando. – señaló hacia la ventana que está junto al pórtico.


Inmediatamente me levanté para averiguar de quién estaba hablando y me llevé una enorme sorpresa al encontrarme con nada más y nada menos que Choi Yeonjun.


Estaba sentado en las escaleras del pórtico mientras comía leche con pan.


Froté mis ojos varias veces para asegurarme que estaba viendo bien, y en efecto, lo estaba.


¿Es tu novio? Es muy educado – la señora Lee comentó divertida y salió de la habitación.


No quiero verlo.


No importa si me quedo con la duda sobre lo qué pasó el día de ayer, yo no quiero verlo. Ya he pasado lo suficiente debido a él como para seguir involucrándome aún más.


Regresé a la cama y me cubrí con la sábana durante algunos minutos. Cinco, diez, quince, treinta minutos pasaron y él no se iba; lo sabía a la perfección porque hasta la habitación llegaban las risas de la señora Lee y Yeonjun.


Fastidiada, salí de la habitación con Rayas en mis manos.


Muchas gracias por su hospitalidad señora Lee. Prometo devolverle este acto de amabilidad en el futuro, pero por ahora debo irme, tengo que llegar al trabajo antes de tiempo.


Hice una pequeña reverencia y salí caminando lo más rápido posible.


Yeonjun inmediatamente dejó el pan en la mesa, se limpió las manos en su ropa e imitó mi acción para poder ir detrás de mí.


Estaba a punto de llegar a mi pórtico cuando el rubio gritó mi nombre.


¡Lee Hyeji, espera!


–¡No te escucho!


Rio.


¡Claro que me escuchas!


Se cruzó la pequeña acera ya que le había cerrado la puerta del jardín y me tomó de la muñeca.


–¡Suéltame!


Lonely boy | YeonjunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora