CAPÍTULO 24: el plan

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Yeonjun

Vi cuando entró al club así que me apresuré para llevar a cabo el plan.


¿Estás seguro que no quieres aprovechar esta oportunidad, querido? – decía la chica frente a mi mientras guardaba los billetes en su sostén. – Si tú quieres podemos ir un poco más allá. – guiñó el ojo.


Sabes muy bien que no, Stephany. Solo sigue el plan y ya.


–Tú te lo pierdes – dijo en mi oído y caminó hasta la habitación acordada.


Subí las escaleras y cerré todas las habitaciones con candado dejando solamente una abierta.


No fue necesario tirarle nuestras bebidas, ella ya traía una consigo – dijo una de las chicas del bar mientras subía por las escaleras.


Gracias.


Apenas pude divisar su rostro entre aquella multitud y corrí hacia la habitación en donde estaba Stephany con el resto de sus amigas.


¿Listo?


Yo solo asentí.


Mi corazón comenzó a palpitar a mil por hora cuando la vi directamente a los ojos y tuve que fingir que no me importaba.


Me importaba y mucho, pero ahora ya no hay vuelta atrás.


Apenas salió corriendo de la habitación y me sentí el ser más despreciable del mundo entero.


¿Satisfecho?


–Extasiado. – le respondí a Steph.


Vengan – le dijo a sus amigas y salieron del lugar dejándome completamente solo.


Soy de lo peor.


No quería siquiera mirar aquel cuarto debido a lo que acababa de hacer así que subí hacia la azotea; aquel lugar siempre había sido mi refugio cuando necesitaba pensar después de haber estado con alguna chica, y esta noche no iba a ser la excepción.


Necesitaba desahogarme, llorar, y que nadie más interrumpiera, pero al parecer, el que interrumpió fui yo.


Hyeji ya estaba ahí.





Hyeji

"Pum, pum, pum".


Mi corazón dolía con cada latido así que salí corriendo del lugar hacia unas escaleras que llevaban a la azotea. A este punto ya no sabía ni en donde estaba la puerta de salida así que lo único que quería es que alguien viniera a rescatarme de este lugar tan despreciable.


¡No era necesario! ¡Solo tenías que haberlo dicho y ya! – gritaba al vacío mientras limpiaba mis lágrimas.


Sé que no me quiere.


Ya lo comprobé.


Intenté llamar a Jake para que viniera por mí pero no respondía, ¡y no podía culparlo! La música allá abajo era tan fuerte que ni siquiera podía oír mi propia voz. Así que me senté en el suelo cubriendo mi rostro con las rodillas; quería llorar y gritar lo más fuerte que mi garganta podía, pero no fue así, ya que cierto chico rubio interrumpió.


¿Hyeji?


Lo miré, y un escalofrío recorrió mi cuerpo.


Después de lo qué pasó esta noche dudo que pueda volver a verlo como antes.


Lárgate, quiero estar a solas.


–No puedes estar aquí a solas, alguien podría venir y -


–Vete, no me molestes.


–Hyeji..


Intentó acercarse pero rápido me levanté del suelo, no quería ser tocada por sus sucias manos.


¡Que te largues, rubio!


–Por favor, baja. Aquí es más peligroso que allá abajo, alguien podría -


–¿Y a ti qué? No te interesa. Lárgate.


El rubio me agarró del antebrazo a la fuerza e intentó llevarme hacia la puerta pero me solté.


¡Ah! ¡Lee Hyeji!


–Déjame dejarte en claro una cosa, Daniel. Tú no eres nadie, escúchame bien, NADIE para venir a decirme que hacer. Así que vete. ¿Qué procuras hacer con todo este drama que estás haciendo aquí? ¡¿Cuidarme, protegerme,?! Dime, ¿acaso te importo? Por supuesto que no. Rompiste mi corazón, Choi. Así que no vengas con tus cuentitos de 'niño bueno' a intentar 'cuidarme' porque yo no te los creo. ¿Quieres que me vaya para que puedas seguir haciendo lo que sea que hacías con las chicas y tener tu mente tranquila? Pues no. Me iré cuando se me de mi regalada gana.


Lágrimas de enojo brotaban una tras otra y yo las limpiaba con la manga de mi suéter.


–¡No necesitaba tal humillación! ... ¡¡Eres el ser más despreciable que he conocido en toda mi vida!! – finalmente lo solté. Creí que me iba a sentir liberada pero fue todo lo opuesto, ahora un sin fin de sentimientos se mezclaban en mi ser y sentía que podría morir ahogada en ellos.


Si bien no era su novia para actuar de esa manera, Choi tenía bien en claro cuáles eran mis sentimientos hacia él y se aprovechó de ello. Solo me elevó en los aires para dejarme caer en lo más profundo.


Lloré descontroladamente y él en ningún momento interrumpió.


Daniel solamente me veía, con el alma rota, como si todo lo que vi allá abajo hubiera sido un mal sueño y ahora él estuviera aquí para cuidarme de esa pesadilla que perseguirá a mi mente noche tras noche.


Después de un largo rato en silencio, el rubio comenzó a hablar.


No pensé que fuera a lastimarte tanto. – dijo cabizbajo. – Yo solo quería hacerte entender que no te quiero y creí que esta era la mejor manera. – solté una risita irónica y a continuación lo miré incrédula. – Hyori -


Ya entendí, rubio. Hyori es tu más grande amor, lo entiendo. Aún no la superas, la amas y quisieras estar con ella día tras día pero no es así ya que la realidad es otra. Lo siento si no pude llenar el vacío tan grande que ella te dejó, aunque para ser sincera, ahora comprendo por qué lo hizo. Gracias por esta magnífica noche, Choi. Créeme, jamás la olvidaré.


Me di media vuelta para irme pero él me detuvo.


–Ella está muerta. – miró hacia el suelo. –Hyori murió hace casi un año.

Lonely boy | YeonjunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora