CAPÍTULO 11: orfanato

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Hyeji

–¿Hyeji?


–Mande.


El pelirrojo se acerca hasta donde estoy y jala la silla para sentarse cerca de la cama del hospital.


¿Recuerdas que te había dicho que guardaría mi segunda pregunta para la próxima ocasión?


–Si..


–Bueno, quiero utilizarla hoy.


–¿Qué?


–Quiero preguntarte algo. ¿Puedo?


Asiento.


El chico guarda su celular en el bolsillo de su pantalón y se acomoda en la silla para continuar con la pregunta.


La vez pasada la maestra Hanjoo dijo que si no teníamos el avance del proyecto para esa misma tarde hablaría con mis padres. ¿Lo recuerdas?


Ya sé para dónde va.


–Ajam..


–Ella no mencionó a tus padres, solo a los míos. ¿Hay alguna razón en particular?


Intenté esconder mi mirada de la suya y me quedé callada unos minutos, sin embargo Beomgyu esperó pacientemente hasta que me encontré lista para hablar.


No tengo padres. – lo miré a los ojos y sonreí. – Crecí en un orfanato. Desde que tengo memoria siempre he estado ahí. No sé qué fue lo que ocurrió con ellos pero nunca los conocí. – poco a poco las lágrimas comienzan a aparecer en mi rostro y Beomgyu las limpia con un kleenex que se encontraba por ahí. – Apenas cumplí los 16 años y me permitieron salir del orfanato así que lo hice sin pensar demasiado. Cosas ocurrieron dentro que me hicieron tomar esa decisión. Viví en la calle durante unas semanas hasta que encontré trabajo en la pizzería. Bueno, no encontré en sí, sino más bien le salvé la vida al dueño y por eso me ofreció trabajo. De lo contrario no sé qué hubiera sido de mí.


Lágrimas corrían una detrás de otra ya sin parar que hizo que el pelirrojo se acercara hasta mí para darme un cálido abrazo.


En ese momento logré escuchar el chillido de la puerta y pude contemplar en el suelo la sombra ya familiar de cierto chico.


Escuchó todo.


Sin embargo no siento molestia, sino más bien, alivio.


Desahogarse con alguien también ayuda mucho al alma.


(...)


¿Beomgyu? – lo muevo lentamente con mi dedo índice para que despierte.


¿Mmm?


–Ya casi son las 4 de la mañana. Tienes que ir a tu casa a descansar porque al rato aún hay clases.


–No quiero – gira su cabeza hacia el otro lado.


Choi Beomgyu, necesitas dormir apropiadamente y tomar una ducha para ir a la escuela. No te estoy preguntando, es una orden. Además, necesito a alguien que me pase los apuntes. ¿O crees que Misuk será tan amable de pasarme lo que hicieron en clase?


El pelirrojo se levanta a la fuerza y toma las cosas que había sacado de su pantalón; su billetera, celular y algunos recibos estaban en la mesita junto a él debido a que le incomodaban para tomar la siesta.


Lonely boy | YeonjunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora