Senku y Kohaku salieron afuera, donde Chrome y Tsukiku los esperaban con impaciencia. Je, tío y sobrina también tenían cosas en común.
—Llevaré a Tsukiku a casa en mi auto, tú puedes llevar a Senku a casa de Tsukasa —le dijo Kohaku a su cuñado, que asintió de mala gana.
—Claro, yo me... —Fue interrumpido con el sonar de su celular—. Un momento, es Ruchiru. —Atendió—. ¿Hola?
—¿Ruchiru? —Los ojos de Kohaku se iluminaron y de inmediato se inclinó sobre el hombro de Chrome—. ¡Hola, Ruchiru! ¡¿Cómo estás?! —gritó prácticamente en el oído de Chrome, instándolo a gritarle que no lo molestara.
—¿Qué pasa? Es bastante raro que me llames a esta hora —dijo Chrome una vez pudo quitarse a Kohaku—. ¿Sucedió algo?
—¡Ponlo en alta voz! —exigió Kohaku, sacudiendo tanto el hombro de su cuñado que este tuvo que ceder para que lo dejara en paz.
—No pasa nada, papá, solo necesito tu ayuda con algo —habló Ruchiru—. Tengo que trasladar equipo pesado desde el laboratorio de mi universidad y mi auto no es lo suficientemente grande, ¿podrías darme una mano si no estás muy ocupado?
—Tengo que ir a trabajar y ya me han tenido de un lado para otro como chico de los recados todo el día —Bufó Chrome—, pero al diablo, ya llegó tarde de todos modos y ni que estuviera tan lejos, además me interesa ver en qué trabajas. Iré a ayudarte. —Sonrió con entusiasmo y pudieron escuchar la risa de Ruchiru al otro lado.
—Bien, gracias. Te estaré esperando, entonces.
—¡Yo también iré a ayudar, cariño! —exclamó Kohaku de inmediato.
—¿Eh? ¡Oh, gracias, tía! Bueno, los esperó. —Luego de despedirse, Ruchiru colgó.
—¿Eh? ¿Vas a ir? —Tsukiku la miró con desagrado—. ¿Qué pasó con lo de irse a casa?
—Vamos, tu primo necesita ayuda. —La miró mal—. No te quejes y sube al auto.
—Voy con ustedes. —Senku decidió aprovechar la oportunidad para pasar aunque sea un poco más de tiempo con ellas.
Se sentó junto a su mocosa, que todavía parecía malhumorada.
—¿Tanto te desagrada tu primo? —preguntó con diversión.
—No me desagrada, solo es molesto y además es un creído —contestó con una mueca.
—Bueno, algo tienen en común...
—¡Claro que no, anciano!
—De pequeños se llevaban bien —dijo Kohaku, con tono nostálgico—. Tsukiku lo admiraba mucho, pero...
—¡No es cierto! —Tsukiku quiso interrumpir a su madre, pero no le funcionó.
—Pero —continuó ella— al crecer los dos se volvieron muy competitivos, y ahora pelean por cualquier cosa. Al final él siempre la insulta y ella siempre lo golpea. —Suspiró con cansancio.
—Me recuerdan a ti y a Chrome —susurró por lo bajo, riendo.
—¿Qué dijiste?
—Nada, nada.
No tardaron mucho en llegar a la universidad donde estudiaba Ruchiru, y Senku se sorprendió al ver un edificio más grande que su maldito palacio. Además, eran varios edificios, con patios y jardines enormes, canchas deportistas y un sector donde había esculturas y muros pintados, entre muchas otras cosas. Por supuesto, este edificio también tenía paneles solares y pequeños molinos de viento por doquier, y hasta pudo ver construcciones tecnológicas que no reconoció en lo absoluto. Al fondo parecía haber un invernadero con otro de esos domos cristalinos gigantes que controlaban el clima al igual que en el hospital donde despertó.

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Re-Mind
FanfictionSPOILERS DEL MANGA/ Cuando Senku abrió los ojos, esperando encontrarse con sus amigos y muchos más proyectos científicos por delante, se sorprendió al despertarse en un lugar completamente desconocido. ¿A quién pertenecían esos familiares ojos azule...