"¡Piensa, Tsukiku, piensa!"
La situación era sin duda la peor posible.
Reimi estaba inútil, encerrada y apagada, acababan de descubrir al traidor, que seguía dándoles batalla, por lo tanto inutilizando a Kinji que tenía que mantenerlo prisionero, y Kinoeda debía estar a solo unos metros de ellos, esperando para atacarlos con todo.
—¡Rápido, debemos ir a buscar a Reimi! —gritó Ruchiru, jalando a Tsukiku para regresar de nuevo a las tiendas.
Tsukiku agradeció mentalmente que la hubiera sacado del shock, y vio que todos los estaban siguiendo, incluso Kinji todavía conteniendo a Yok que no dejaba de retorcerse.
Ruchiru y Tsukiku se arrodillaron frente a la jaulita de rayos eléctricos que tenía encerrada a Reimi, viendo que era todo pura energía y un solo chip de medio centímetro pegado en un costado de su estructura superior.
—Yok debió haberla tomado por sorpresa. Reimi lo dejó acercarse y ahí le pegó ese chip que le dio Kinoeda. —Tsukiku apretó los labios con fuerza, levantando sus brazos donde ya no tenía solo sus guantes, sino también las muñequeras que antes le había mostrado a Ruchiru.
Hizo un movimiento en cierto ángulo calculado y de sus muñequeras surgieron dos finas herramientas que ella desprendió con los dientes, para luego tomarlas entre sus dedos y picar cuidadosamente el chip, estremeciéndose con un gritito al sentir una descarga eléctrica.
—¡Demonios, está demasiado cargado de energía! Estas cosas están hechas de un material que no conduce electricidad —le dijo a Ruchiru, enseñándole sus herramientas—, pero esa basura está tan sobrecargada que bastó la corta distancia con mis dedos para alcanzar a darme una buena patada de electrones.
—¿Qué tal si le lanzamos una roca? —propuso Ruchiru con una mueca.
—¡¿E-eso no es una locura?! —preguntó Elioth.
—De hecho, podría funcionar... —Tsukiku no perdió el tiempo y corrió a buscar una piedra grande, misma que lanzó con todas sus fuerzas hacia Reimi...
Sin embargo, sus bracitos de fideo hicieron que la piedra rebotara dos veces antes de detenerse a pocos centímetros de donde estaba Reimi.
Todos se quedaron en blanco.
—Yo lo hago... —Haishi suspiró y tomó la piedra, lanzándola con fuerza justo sobre el chip, produciendo un fuerte sonido metálico al chocar contra Reimi, pero... nada cambió, el chip resistió y los rayos se mantuvieron.
—Demonios. —Ruchiru tomó las herramientas que Tsukiku había dejado botadas y las miró por un momento, luego se quitó su chaqueta azul y envolvió sus manos en ella, tomando las herramientas y tocando el chip con ellas—. B-bueno, parece que el cuero de mi chaqueta es protección suficiente... Intentaré despegar esta basura... —Hizo fuerza, pero no logró mover ni un poco el chip—. ¡M-maldición, esto debe estar unido por alguna clase de súper imán!
—Yo lo intentaré. —Haishi reemplazó a Ruchiru y tiró con todas sus fuerzas, pero no logró despegar el imán.
—¡¿Y ahora qué?! —preguntó Umi, muy preocupada.
—Si es un imán, podemos debilitar la fuerza magnética calentándolo o enfriándolo —sugirió Rey, el hijo de Sai y Luna.
—Pero ¿con qué? —preguntó su hermana mayor, Saira.
—¡Ja, lo tengo! —Tsukiku saltó y en el aire golpeo sus talones, por lo que de sus zapatos surgió una patineta voladora con un poderoso motor que expulsaba una poderosa llama azul—. ¡Tío DJ me regaló esto en mi cumpleaños hace un par de semanas!
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Re-Mind
ФанфикSPOILERS DEL MANGA/ Cuando Senku abrió los ojos, esperando encontrarse con sus amigos y muchos más proyectos científicos por delante, se sorprendió al despertarse en un lugar completamente desconocido. ¿A quién pertenecían esos familiares ojos azule...