La mala suerte no dejaba de perseguirlos.
Pensaron que llegaron a un lugar seguro, con el científico Shibata Tek, pero apenas despertar este les avisó que Kinoeda sabía de su ubicación y estaba en camino para acabar con sus vidas.
—Espera, espera, espera —habló Ruchiru, tan pálido como todos ellos—. Eso de que Kinoeda está viniendo era la mala noticia. ¿Cuál es la buena? Dijiste que hay una buena. Hay una buena, ¡¿verdad?! —preguntó, un poco desesperado.
—Ah, sí, por supuesto. —El Dr. Tek asintió felizmente—. La buena noticia es que, aunque Kinoeda venga con todo su poder armamentístico, ustedes están bajo mi protección. Y yo tengo el ejército robótico más grande del mundo. —Su sonrisa alegre se volvió un tanto arrogante mientras se sentaba tranquilamente en la cabecera de la mesa donde estaban desayunando—. Katana-chan~, por favor prepara a todos mis batallones. Debemos estar listos para el ataque.
—A la orden, amo. —La androide salió del comedor.
Todos se quedaron con las bocas abiertas, menos Tsukiku, que parecía simplemente confundida.
—¿Desde cuándo tu ejército supera al del Dr. Xeno? —preguntó, incrédula.
—Desde el mes pasado —contestó alegremente—. Bueno, a nivel de daño masivo, creo que todavía me ganaría él, igual que los reis de tu padre, pero en número, ya los he superado. —Entrelazó los dedos bajo su barbilla—. Por cierto, ¿dije que tengo una buena y una mala noticia? Mentí, tengo dos buenas noticias.
—¡Tsukiku! —De repente, Minire apareció volando en el comedor, viéndose como nueva.
—¡Minire! —Tsukiku extendió las manos con emoción y el pequeño robot voló a ellas, a lo que de inmediato la abrazó contra su pecho.
—Reparé a tu pequeño robot, fue bastante difícil, creo que algunas funciones siguen dañadas —murmuró Tek—. La tecnología del Dr. Senku es impresionante, necesitaría mucho más tiempo para repararla por completo. —Miró de reojo a Senku, que solo lo escuchó atentamente.
—Ya que Kinoeda sabe que estamos aquí, no tiene sentido seguir ocultando nuestras señales —dijo Tsukiku, sin dejar de abrazar a Minire—. Manda una señal, haz que Reimi venga aquí de inmediato.
—¡Ya lo he hecho! —aseguró el mini robot, con el símbolo de "n - n" en su pantalla—. También he informado a tu madre de la situación. Tiempo estimado para la llegada de Reimi: 12 minutos. Tiempo estimado para la llegada de Kohaku-sama: 19 minutos.
—Así que mamá ya lo sabe… —Tsukiku solo pudo morderse el labio, antes de empezar a toser—. Demonios, nos matará cuando llegue… si es que sobrevivimos.
—No hay de qué preocuparse, solo debemos soportar el ataque hasta que Reimi llegué —dijo el Dr. Tek, sirviéndose un té—. Lo cual será… —se interrumpió al escuchar el sonido de una explosión—. Oh, ya están aquí… Bueno, estos serán unos 12 minutos muy intensos. —Tomó su té de golpe y se paró rápidamente, abandonando el comedor.
De inmediato todos lo siguieron.
Llegaron a un lugar lleno de computadoras que se parecía bastante a un set-up gamer, no, de hecho… ¿por qué tenía joysticks en un supuesto laboratorio? ¿Acaso si era un puto set-up gamer?
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Re-Mind
Hayran KurguSPOILERS DEL MANGA/ Cuando Senku abrió los ojos, esperando encontrarse con sus amigos y muchos más proyectos científicos por delante, se sorprendió al despertarse en un lugar completamente desconocido. ¿A quién pertenecían esos familiares ojos azule...