Fiesta

642 61 87
                                    

Kohaku llevó a Senku a su habitación y lo arrojó sobre la cama, mirándolo con reprobación.

—¿Qué demonios estabas haciendo? ¡¿Por qué hoy, Senku?! Ja, tengo una fiesta con cientos de invitados por atender y se supone que tú deberías estar preparándote, no haciéndome perder el tiempo buscando respuestas otra vez. —Cruzó los brazos sobre su pecho, viéndolo con una mirada más decepcionada que molesta—. Pensé que ya habías dejado eso atrás.

Él no pudo sostenerle la mirada, sintiéndose culpable.

—Lo lamento, solo... quería ver el laboratorio. Creí que ya tenía derecho a entrar. He avanzado mucho.

—Pues quizás pronto te habríamos dejado, ¿por qué tenías que actuar a nuestras espaldas? ¡Y en el cumpleaños de Tsukiku! ¿Quieres arruinar su fiesta? ¿No te importa cómo esto la afecte?

—No digas tonterías, por supuesto que me importa mi hija. —La miró con el ceño fruncido—. Escucha, no pensé que nada malo pasaría, creí que solo iba a ver algunas tecnologías futuristas, luego conocí a Reima.

—¿Y qué fue lo que te dijo? —Lo miró con preocupación evidente.

—¿No va a interrogarlo Reimo? —preguntó con sequedad, rascando su oído con fastidio.

—Reimo no tiene tanta autoridad sobre Reima, y Reima solo te es absolutamente leal a ti. Aunque no le hayas dicho que guarde el secreto, seguramente no nos dirá nada a menos que tú se lo órdenes. —Bufó—. Así que, ¿me dirás qué te dijo o volveremos a guardarnos secretos?

Senku la miró en silencio, recordando la promesa que se hizo a sí mismo de ya no andarse con secretismos con ella.

Quería confiar, y quería que ella confiara en él también.

—Bien. Me dijo que el objetivo de Aspen o Kinoeda es Whyman, y que esa fue la razón por la cual me borré la memoria.

—¿Te dijo eso? —Lo miró boquiabierta—. ¡Nunca quiso decírnoslo a los demás por más que le preguntáramos! Aunque sospechábamos que esa era la razón, pero...

—Quizás deberían haber pedido mi ayuda desde el principio. —Se puso de pie, llevando las manos a su cintura—. O al menos, pueden pedir mi ayuda ahora. Ya recordé muchas cosas, y también quiero respuestas, ya sabes.

Kohaku lo miró en silencio un segundo, antes de suspirar.

—¿Y Reima no te dijo... si había un motivo aparte de ese? ¿Algún... otro motivo?

Senku apretó la mandíbula, mirando fijamente a los ojos de Kohaku.

Se miraron un largo rato, los dos muy serios, los dos ansiosos, buscando cualquier señal de algo en los ojos del otro.

—No, él no sabe de ningún otro motivo —respondió Senku finalmente. Eso era técnicamente cierto.

—Muy bien. —Kohaku apartó la mirada, suspirando profundamente—. Escucha, los invitados ya empezaran a llegar. Será mejor prepararnos. Yuzuriha y algunas amigas también están preparando a Tsukiku y quiero que nos saquemos algunas fotos antes de empezar a atender a los invitados, es algo que hacemos todos los años.

—Bien...

—Puedes ir a ducharte, luego te daré tu traje —murmuró mientras se dirigía al armario.

Senku asintió y se dirigió al cuarto de baño, pero entonces volteó a verla.

—Leona...

—No soy una leona. —Lo miró con cansancio.

—Ven. —Le hizo una seña con la mano para que se acercara.

—¿Eh?... —Ella fue a él con rostro confundido, y Senku de inmediato tomó su barbilla y la beso profundamente.

Re-MindDonde viven las historias. Descúbrelo ahora