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Jimin cerró los ojos y disfrutó de la calidez del agua y la suavidad de las burbujas que desprendían un dulce aroma y envolvían su cuerpo. Su ritual favorito siempre era tomar un baño de relajación, era de sus preferidos.

Estaba tan ensimismado que ni siquiera prestó atención al sonido procedente del pasillo.

Jungkook irrumpió en el baño y arrancó el dulce letargo en el que el omega se había sumido.

—Pero ¿Qué… ?

—¡Jungkook, vete! —exclamó, tratando de cubrirse. Agarró la cortina de la bañera y la envolvió a su alrededor.

Sin embargo, su compañero de piso no parecía dispuesto a salir del baño. Aún se veía su silueta detrás de la cortina.

—¿Por qué huele como si esto fuera…

—Jungkook, por sí no te has dado cuenta, me estoy bañando —soltó el omega con los dientes apretados mientras buscaba cualquier cosa que pudiera lanzarle a la cabeza.

—¿Te importaría dejar de contaminar el piso con esos aromas dulzones?

—¿Y a ti te importaría tener la amabilidad de largarte del baño y dejarme gozar mi intimidad?

—¿Y a ti te importaría explicarme por qué le has dicho a esa amiga tuya tan rarita que no tengo pareja y que me muero de ganas de estar con ella? Lleva varias semanas acechando. ¡Se sabe mis horarios de clase!

《Hipotéticamente hablando, quizá, metí la mata》

Su voz se acercaba más a la bañera.

—¿Cómo ha conseguido mis horarios de clase, Jimin? —insistió.

El omega apretó los labios para reprimir una sonrisa. Sabía que en cualquier momento se iba a terminar enterando, no tenía de otra. Su querida amiga no lo dejaba en paz.

—Pensé que te apetecía un poco de compañía, teniendo en cuenta que la última salió corriendo por mi culpa. Lo hice con buena intención —murmuró.

Jungkook soltó una carcajada.

—Si, claro. Y yo soy Iron Man.

Luego se oyó que salía dando un portazo. Jimin se sintió aliviado y respiró hondo, pero lo que no esperó, es que segundos después, el alfa irrumpiera de nuevo en el baño apartando la cortina con brusquedad.

—¡Jungkook!

Jungkook sonrió malicioso, luego levantó un recipiente enorme y vació todo su contenido sobre la cabeza del omega.

El grito que soltó Jimin fue histórico.

Jungkook le había echado agua helada. Enseguida, el pelirosa se aferró a la cortina e intentó protegerse con ella para coger la toalla. Luego se envolvió y fulminó a Jungkook con una mirada furiosa.

—Eso solo significa una cosa: guerra.

El alfa se había apoyado en la puerta con una mano hundida en el bolsillo y con una ceja arqueada. Lo miró de pie a cabeza. Jimin estaba casi seguro que lo había visto todo.

Cogió el recipiente que Jeon había tirado cerca de la bañera y no lo pensó dos veces. Lo agarró y lo metió en la bañera para llenarlo de agua.

Se lanzó, empapando por completo a Jungkook, quien quedó sorprendido ante aquella acción.

Tenía la camiseta mojada y con espuma. La cabeza también lo estaba al igual que su cara. Jimin se soltó a reír.

—Eso ha sido un error —amenazó al omega.

Al cabo de un segundo se abalanzó sobre él. La risa de Jimin se transformó en un chillido mientras se aferraba a la toalla con las dos manos, temiendo que se cayera después de habérsela envuelto.

Jungkook se metió por completo en la bañera, quedando con toda la ropa empapada. Con un brazo le rodeó el cuello al omega y lo inmoviliza con una llave mientras con la otra mano se hizo con el cabezal de la ducha. Estaba regulando el agua fría.

—¡No! —exclamó el omega—. ¡Jungkook, te lo advierto!

—Ajá, ¿y qué piensas hacer para evitarlo? —preguntó sonriendo.

Jimin intentó pisarle los pies, pero el agua se lo impidió.

—Buen intento.

Lo agarró con más fuerza y abrió el grifo de la ducha, dejando caer el agua helada. Jimin soltó un grito e intentó zafarse de él. De pronto, se le vino una idea a la mente.

Le hundió el codo en la barrida, y aunque no consiguió doblegarlo, consiguió que el alfa cometiera un error: aferrarse más a él.

Jimin no soportó su peso, intentó agarrarse de la cortina. Justo cuando ambos estaban por caer, Jeon puso su mano bajo su nuca, apaciguando un poco el golpe.

—¿Estás bien? —preguntó Jungkook, apoyándose en el borde de la bañera.

Jimin no respondió. Ambos estaban demasiado cerca y él lo miraba tan fijamente que no resistió. En un gesto instintivo, le acarició la mano y apartó algunos mechones húmedos de su frente. Jungkook se acercó más al rostro contrario, el omega cerró sus ojos y clavó los dedos en su brazo.

Quizá, tan solo…

—Era justo por esto que no quería compartir piso con un omega —dijo separándose de Jimin.

Jungkook se levantó tan deprisa, casi huyendo. En un abrir y cerrar de ojos, se fue a su habitación encerrándose con un portazo.

Su respiración y pulso se habían acelerado.

—¿Qué mierda acaba de pasar?

Roomies | Kookmin Au ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora