Jm empieza la universidad y necesita habitación. Jk era su última opción, ninguno se los dos podía negarse. Solo tenían tres reglas:
- Cero sentimentalismos
- No meterse en las cosas del otro
- No acostarse juntos
Pero, las reglas existen para rompe...
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Las decoraciones eran muy lujosas, no esperaban de menos. Personas elegantes a los alrededores. Música de acuerdo al ambiente, copas de cristal con trago y una larga mesa con bocadillos.
Todos los invitados vestían de blanco. En todo el lugar, el que más resaltaba era Jungkook. Todo de negro y con la chaqueta en los brazos mostrando sus tatuajes.
—¿Jimin? —exclamó una voz detrás de él. Por un momento se quedó como piedra y luego dio una media vuelta. Parecía un robot.
Oh.
—Mina —exclamó con cortesía, intentando no parecer demasiado falso.
Antes ellos eran amigos y habían acudido a muchas fiestas juntos. Incluso llegaron a tener mucho en común, con el mismo color de cabello y vestuario a juego.
En cambio, esa noche, ninguno de los dos tenían un punto en común.
—No puedo creer que te haya encontrado aquí —balbuceó la beta, inclinándose hacia Jimin para dejar dos besos en sus mejillas—. Estás… distinto. Como informal ¿no? Me gusta.
Sonrió. La sonrisa más forzada que pudo ver.
—¡Y haz venido acompañado! —continuó levantando todavía más el tono de voz y examinando a Jungkook de arriba abajo.
El alfa solo asintió con cordialidad.
—Me presento. Soy Jungkook —empezó. Y cuando Mina se le estaba inclinando para saludarlo con besos en las mejillas, añadió—. El novio de Jimin.
Durante un segundo, el omega reaccionó perplejo al escuchar lo que dijo su compañero de piso.
—Fantástico ¿no? —exclamó la beta con una mano frente a la boca y riendo—. O sea que te largas al otro lado de Corea y vuelven con un alfa como éste. Esto tengo que contárselo a Hana cuanto antes. De todos modos pensaba ir a verla enseguida, pero… ¡después tienes que contármelo todo!
Dicho eso, se alejó de nuevo desapareciendo entre la multitud. Jimin la siguió con la mirada y cuando ya no podía verla, vio a Jungkook.
—¿El novio de Jimin? —preguntó enarcando una ceja.
Jungkook solo levantó las manos en un gesto indefenso.
—Ha sido una maniobra de autodefensa. No quería que me viera como su posible víctima. Esa chica me dio miedo.
—¿Eres consciente de que ahora lo irá contando por todas partes?
Jungkook sonrió con satisfacción.
—Ah. Eso no es ningún problema para mí.
—Lo que tú digas.
—¿Para ti si? —preguntó en voz baja.
Jimin en vez de responder enseguida, miró a su alrededor. La mayoría de invitados ya habían llegado. Algunos observaban a Jungkook y a Jimin con verdadera indignación, mientras otros hablaban de ellos sin saber disimular.
