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POV JIMIN

Tragué saliva, incapaz de replicar nada. Sin embargo, cuando mis labios tomaron la iniciativa y encontraron los de él, tuve la esperanza de demostrarle con un beso lo que era incapaz de articular con palabras. Jungkook me puso las manos en la cintura y me levantó en volandas. Al cabo de un segundo quedé tendido una vez más en la cama, pero esta vez con su cuerpo sobre el mío, los brazos a ambos lados de mi cabeza y las piernas entre mis muslos.

El fino tejido de nuestra ropa interior era lo único que nos separaba. Rodeé sus caderas con las piernas para quedar más pegado a él, y cuando noté su erección contra la mía me estremecí de los pies a la cabeza.

Jungkook se tomó su tiempo, me acarició, me besó y lamió y succionó cada centímetro de mi piel.

—Oh, Dios… —suspiré.

Noté su sonrisa en mi barrida. Luego sus dedos se deslizaron por debajo de mi bóxer, levanté la cabeza para mirarlo. Sus ojos oscuros conectaron con los míos.

—¿Estás seguro, Jimin? —me preguntó con voz grave y ronca.

—No soy virgen.

—No te he preguntado eso —replicó, tirando del elástico de mi ropa interior.

Luego se incorporó, me agarró con las dos manos por las caderas y me colocó sobre su regazo. Solté un jadeo en cuanto noté el contacto que tanto deseaba en el lugar que deseaba y rodeé su cuello con mis brazos.

—Lo que quiero saber es si estás seguro respecto a nosotros. El hecho de que no sea la primera vez no significa que no sea menos importante.

Para Jungkook aquello significaba tanto como para mí. Confiaba en mí. Y yo confiaba en él. Por eso sólo quedó una única respuesta posible a su pregunta.

—Si —susurré, acariciándole el cabello con suavidad—. Estoy seguro. Lo quiero. Y confío mucho en ti.

.

Esa respuesta bastó para que Jungkook lo besara de manera desesperada y necesitada. Paseando sus manos por el cuerpo de Jimin, acariciando y apretando.

En un acto veloz, le quitó la última prenda teniéndolo totalmente desnudo ante sus ojos. Jungkook acarició entre las piernas de Jimin y bajó con besos hasta las partes más sensibles.

—Estás tan húmedo…

Jungkook lamió la erección del omega, chupó y mordió levemente. Jimin jadeaba, gemía y se aferraba a las sábanas de la cama mientras que el alfa le hacía ver maravillas por doquier.

—Jungkook…

Su lengua exploraba todo. Jimin mordía sus labios y arqueaba la espalda al sentir los delgados labios del alfa sobre su miembro. La sensación que provocaba era dolorosa y placentera, no quería que se detenga.

Jungkook comenzó a ascender hacia arriba, besando su abdomen, su cuello y llegando a sus labios.

—También me vuelves loco, Jungkook.

El alfa sonrió sobre sus labios y atrajo más hacia él, cargándolo y sentándose para poder tener sobre él, con la piernas a ambos lados haciendo fricción entre las dos notables erecciones.

Jimin comenzó a moverse, estaba desesperado, quería sentirlo, quería tenerlo en su interior.

Jungkook atrapó nuevamente sus labios para besarlo y morderlos. Pasó ambas manos por la espalda desnuda del rubio hasta llegar a sus nalgas, apretó y le dio una sonora palmada que le hizo soltar un gemido a Jimin.

El omega escondió su rostro en el cuello de su alfa para sentir su olor. Estaba tan caliente que sus fluidos eran cada vez más, y las ganas de tenerlo dentro crecían sin parar.

Jungkook metió un dedo en su interior, luego uno más y empezó a moverlos rápidamente. Sabía que el omega estaba listo para recibirlo, pero quería jugar un rato con su paciencia.

—Jung… Jungkook… ya… a-ah…

—¿Qué quieres, Jimin? —preguntó, sin detener sus embestidas, esta vez lo hizo más lento—. Dime, Jimin, qué quieres que haga y lo haré.

El omega tenía los ojos cerrados, disfrutando de los dedos traviesos de su alfa. Soltando gemidos como respuesta.

—Habla, rubio. Dime que quieres de mí.

—Qui… Oh por dios, Jungkook, quiero tener dentro de mí…

—¿Eso quieres? —preguntó una vez más, subiendo el nivel de sus movimientos.

—Sí...

Jungkook no lo hizo esperar más y sacó un preservativo que estaba en el cajón de la mesita de noche. No tardó en colocarlo en todo su falo para luego de una soltar estocada, entrar en su omega.

—Estás tan apretado…

—Muévete, vamos… hazlo, Jung- ah…

El alfa comenzó a embestirlo tortuosamente. Subiendo sus movimientos y luego bajándolos, dándole en el punto dulce que tanto anhelaba Jimin.

La habitación se había llenado de gemidos y del sonido que provocaba el choque de sus pieles. La combinación de aromas y el calor está aumentando cada vez más.

Jungkook lo sostenía con firmeza mientras ingresaba más en él. Mordió su labio inferior al sentir que las paredes de Jimin lo apretaban más, estaba tan caliente que le encantaba.

Jimin estaba tan sumiso ante él, en hacerlo sentir bien y entregarse sin dudarlo. Cada partícula de su cuerpo despertaba con tan simple roce que parecía un sueño, un sueño bastante lujurioso.

Cuando ambos sentían que ya estaba por llegar a lo más alto del clímax, cambiaron de posición. Jimin de espaldas y Jungkook detrás de él.

La vista que tenía era maravillosa y no pudo contenerse en darle una que otra nalgada aumentando el placer.

—Me… Jungkook, me voy a…

Y no pudo terminar la frase. Ambos se había corrido, Jungkook cayendo con cuidado sobre Jimin, controlando su respiración y el latido de sus corazones.

Sus cuerpos sudados y acalorados.

—Jimin, te amo —susurró el alfa cerca de su oído—. Te amo, rubio, mucho.

Jimin no pudo evitar sonreír. Lo había dicho. Luego de tantas vueltas y conquistas, lo había dicho. Lo amaba.

—Te amo, alfa gruñón.

Roomies | Kookmin Au ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora