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POV JIMIN

En esos instantes, al ver el hermoso paisaje, no sólo sentí aquella libertad que tanto había ansiado durante tanto tiempo, sino que fue como si me hubiera llenado de ella por completo desde las puntas de los dedos de los pies hasta la raíz de mi cabello.

Sentía mucha energía y tantas ganas de vivir que el dolor de mis piernas quedaba en segundo plano. Me invadieron unas ganas tremendas de…

—Dime que no te pondrás a llorar otra vez, por favor —dijo Jungkook de repente.

No le contesté. No tenía palabras. Todo se había desvanecido, incluso las ganas de tirarlo y se vaya rodando. En lugar de eso, solté su brazos y pasé las mangas de su hoodie por mis ojos, secando las lágrimas que se habían aproximado.

Jungkook se sentó en una roca. Yo también lo hice, reclinándome hacia atrás apoyando mi peso en las palmas de las manos.

—La primera vez que subí hasta aquí, también me emocioné —habló tranquilo.

—¿También tuviste ganas de llorar? —pregunté sonriendo y cerrando los ojos. El sol me daba en la cara, pero la temperatura era fresca a la vez.

Jungkook soltó un resoplando de desdén.

—Por si lo has olvidado, soy un alfa.

—¿Ah, sí? —pregunté en tono sarcástico.

—¿Todavía no te has dado cuenta? —su voz sonó tan grave que noté un escalofrío, abrí los ojos—. ¿Voy a tener mostrártelo?

No entendía a qué se refería. Su tono me erizó la piel de un modo que no tenía nada que ver con el viento. Tragué saliva.

Estaba tan cerca de mí que pude notar hasta los detalles más pequeños de su rostro, el piercing de su labio y la leve sonrisa que me dedicó.

《Así que para esto me trajiste hasta aquí》

—¿Es esto lo que sueles hacer aquí arriba? ¿Traer a omegas para darle demostraciones? —pregunté apartando la mirada y tratando de calmar los latidos de mi corazón.

—Hasta hoy, sólo había venido aquí con Nam y Hoseok. Podríamos decir que ha sido una prueba para ver si podías entrar en el clan —explicó, acto seguido, se recostó en los codos. Echó la cabeza atrás y dirigió la cara al sol.

—¿Y bien? —pregunté abrazándome las piernas. A pesar de los rayos solares, había mucho viento.

—¿Y bien, qué?

—¿Aprobé?

—Todavía no lo sé.

Luego de eso nos quedamos callados y nos concentramos en la vista. El sentimiento era raro, siempre había estado en grandes ciudades con mis padres. Había viajado mucho, pero siempre por sus negocios, tanto que nunca llegué a disfrutar los paisajes de mi propio país.

Estaba disfrutando mucho ese momento.

Me sentí orgulloso de mi mismo. No solo por haber llegado hasta lo alto, sino por todo lo que está pasando en mi vida. Por fin había llegado a donde hacía mucho tiempo me había propuesto llegar.

—Gracias —susurré. Volví a notar que mis ojos comenzaban a cristalizar, por suerte con unos cuantos parpadeos no pudieron caer ninguna lágrima.

Tuve la sensación de que Jungkook me estaba observando y, sin poder evitarlo, lo miré también. Era un momento diferente y no encontraba la respuesta. Sólo sabía que me sentía bien ahí.

Roomies | Kookmin Au ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora