Jimin y Jungkook se hicieron a un lado. Para ser exactos, al lado de la mesa de bocadillos. El omega riendo por la historias que inventaba cada que veía a los invitados.
—Ves a esa señor —Jimin asintió, sin poder borrar la sonrisa de su rostro—. Nadie lo sabe, pero es la reencarnación pura de Cruella de Vil y en su casa tiene a 101 dálmatas secuestrados. Oh, y ese señor clavo, es Gargamel y tiene a papá pitufo en su bolsillo para que en cualquier momento, nos convierta en azules.
Jimin soltó otra risa ante tal ocurrencia.
—Ahora te toca a ti —dijo Jungkook copiando uno de los majaras y mordiendo, guiñándole el ojo a jimin.
El omega observó con detenimiento el lugar, pensando a qué persona elegir e inventar una historia como la hizo Jungkook.
Cuando ya tenía una escena inventada y preparada en los labios… Lo vio.
Lo vio y el corazón se le paró por unos segundos.
El porte, el perfil recto y severo, el cabello oscuro. Habría reconocido a Hyun Bin en cualquier parte.
De repente, ya no podía respirar. Sentía que en cualquier momento las piernas le iban a fallar e iba a caer al suelo.
La mirada de Hyun Bin se cruzó con la suya y por un breve instante pareció sorprendido, pero luego sonrió con satisfacción.
Esa maldita sonrisa. Lo odiaba.
Cuando estababa punto decirle a Jungkook para irse a otro lugar, él ya estaba al frente de ambos.
—¿Jimin? —preguntó Jungkook preocupado.
—Jimin.
Un escalofrío recorrió por la espalda del omega. Tenía ganas de escupir la cara y pegarle, pero nunca podía, siempre se quedaba paralizado justo como ese momento.
Hyun Bin lo observó, observó cada parte su cuerpo sin pudor. Luego sonrió en grande y se acercó a él para dejarle un beso en la mejilla. Su boca se detuvo unos instantes junto a su oreja.
—Me alegro volver a verte, Jiminnie —murmuró después de separarse de él.
Jungkook podía sentir el aroma de Jimin tornarse agrio y como movía los dedos de su mano con insistencia. Ese tipo le desagradaba.
Jimin apretó los labios y no respondió ni una sola palabra. Miraba un punto dijo del gran salón, no quería verlo. No quería.
—La universidad te sienta bien —constató Hyun Bin con cierto deleite.
Jungkook dio un paso para acercarse más a Jimin y poner una mano en su espalda.
—Vaya, ¿a quién tenemos aquí? —preguntó Hyun en un tono de clara desaprobación.
—Es… mi novio, Jeon Jungkook.
Jungkook apretó un poquito la espalda de Jimin, bajando a su cintura y acariciando.
—Jungkook, él es Kim Hyun Bin, un viejo amigo… de la familia.
Ambos alafas estrecharon las manos.
Jungkook se tensó de repente. Acercó a poco más a Jimin sin soltarlo. El omega aguantó el aire por unos segundos y luego lo dejó ir.
Al cabo de un momento, se oyó una voz que conocía perfectamente. La madre de Jimin en algún lado del salón hablando por el micrófono, llamado a Hyun Bin.
《Hyun Bin, nuestro mejor inversionista y amigo de la casa》
Jimin quería vomitar, estaba enojado. Quería llorar. Sentía de todo.
—Ha sido un placer verte, Jimin. Tal vez podamos encontrar un poco más de tiempo para charlar… solos.
Fue lo último que dijo antes de desaparecer por el gentío.
—Sácame de aquí… Por favor, Jungkook, vámonos.
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Roomies | Kookmin Au ✔
FanficJm empieza la universidad y necesita habitación. Jk era su última opción, ninguno se los dos podía negarse. Solo tenían tres reglas: - Cero sentimentalismos - No meterse en las cosas del otro - No acostarse juntos Pero, las reglas existen para rompe...