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Jungkook estaba sentado a la mesa, y Jimin al pasar por su lado le golpeó el hombro para que dejara de sonreír como tonto.

—Esto por metiche —dijo el omega soltando un gruñido mientras se sentaba. Sin embargo, el alfa seguía con la misma sonrisa en el rostro.

Jimin puso los ojos en blanco. Sun Hee les sirvió huevos revueltos y pan tostado. Al ver como la madre de Jungkook se esmeraba con un simple desayuno, no quería pensar en cómo sería la cena de Chuseok del día siguiente.

Era demasiado linda.

—Lo siento, pero la verdad es que ha valido la pena, apuesto a que te sonrojaste todito —dijo Jungkook con las manos cruzadas detrás de la cabeza, reclinándose hacia atrás y con un brillo de diversión en su mirada.

—Sí, ja ja. Todavía me río, ya lo ves —respondió Jimin con ironía.

El alfa seguía sin quitar su sonrisa llena de satisfacción, el pelirosa decidió no darle importancia y encendió su teléfono.

《Cinco llamadas perdidas de mamá》

Dudó durante unos segundos y luego borró las notificaciones.

Si fuera por el omega, esa mujer podía meter sus dramas y amenazas por donde le cupiera. Estaba decidido a pasar el día de chuseok en casa de Sun Hee y su familia.

Pareció como si Haneul, su madre, hubiera notado que tenía el móvil en la mano, porque justo en ese momento le llamó de nuevo.

Jimin le lanzó una mirada de disculpa a Jungkook y se levantó de la mesa para salir de la cocina al pasillo,  contestó la llamada.

—¿Qué quieres? —preguntó con brusquedad frente al micrófono. La respuesta que recibió fue un sollozo de ella—. ¿Mamá?
.

Una vez más, sólo llegaba un llanto reprimido.

—Mamá, ¿Qué ocurre? —preguntó alarmado. El corazón se le detuvo por unos instantes y tuvo que apoyarse en la pared—. ¿Mamá?

Jungkook salió por el pasillo lleno hacia el omega. Pudo sentir el cambio de aroma de Jimin, ya no era esa dulce y exquisita vainilla, ahora era agria.

—Es tu padre —balbuceó Haneul con un tono de voz estridente—. Tu padre ha sufrido un accidente.

De inmediato, las rodillas le fallaron y tuvo la sensación de verse desde fuera como si su alma se hubiera salido.

—¿Qué pasó…? —susurró casi sin voz—. ¿Cómo está?

—Acabamos de salir del hospital. Tienes que volver enseguida, Jimin. Esto no pinta nada bien.

El teléfono se le cayó de las manos. Un sudor frío recorrió todo su cuerpo y se sintió incapaz de mantenerse de pie. Sin darse cuenta, se desplomó en el suelo, sentado y apoyado contra la pared.

Tenía miles de escenas de su padre. Pensando en lo más horrible. Un accidente. Volver. Enseguida. Su padre.

Al momento de darse cuenta, recogió su celular y se levantó de nuevo. Jungkook le dijo algo, pero sus palabras sonaron como un ruido.

—Tengo que irme —dijo Jimin, empezando a buscar el próximo vuelo y comprar su boleto.

Tecleaba la pantalla mientras subía la escalera y, al entrar a la habitación de Jungkook, se golpeó el hombro con el marco de la puerta, pero ni siquiera notó el dolor.

Cogió su maletín y se la colgó en el hombro, todavía con la mirada clavada en la pantalla móvil. Por desgracia, las manos le temblaban tanto que ni siquiera podía teclear bien.

Roomies | Kookmin Au ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora