Si hubiese imaginado el dolor de cabeza que sería no tener ayuda para desempacar cientos de cajas tal vez ahora no estaría así de frustrada; necesito algún día deshacerme de mi lado necio y pedir ayuda; pagarla sería soñar despierta, toda mi puta plata la he gastado comprando este lugar y las cosas de dentro. Básicamente mi dinero restante es casi igual a los ahorros de una nena de prepa pero todo estará bien, he soñado con esto por mucho tiempo, ser mi propia jefa, que nadie me diga si me levanto o sigo durmiendo, quiero ser yo quien elija a quien maquillar y a quien no. Quiero salir adelante por mi misma, por mis medios y sin tocar un centavo de mi legado, quiero que me reconozcan por mis logros y no por mi apellido.
Con desgane me deshago de la cinta adhesiva de otra caja con un enorme letrero de frágil con ayuda de unas tijeras; saco las pequeñas porciones de maquillaje una a una y las voy dejando en el suelo. Escucho el vibrar de mi móvil en mi bolsillo y me golpea fuerte el corazón en el pecho, no toleraré que jodan mi privacidad dos veces en un mismo día, o cambio mi jodido número de nuevo o reviento el móvil contra la pared, lo juro.
Lo saco de mi bolsillo con ojos entrecerrados y al ver una notificación de un nuevo seguidor dejo ir todo el aire que estaba conteniendo.
LocoPorBesarTuTatuaje ha comenzado a seguirte.
Una risa ruidosa escapa de mí.
Normalmente no devuelvo follow ni reviso perfiles ajenos pero la curiosidad me llama así que pincho en el user. Está vacío de un extremo a otro , no publicaciones, cero seguidos. Nada.
Releo su usuario y me cosquillea el tatuaje en mi espalda, esas líneas finas casi invisibles que unen mis lunares formando dos constelaciones.
Ignoro las locuras de lo que puede ser un posible loco o acosador o una broma pesada y pongo el móvil en el suelo. Estiro mis piernas, permitiéndome relajarme por primera vez en casi una hora y escaneo la habitación. Es un jodido desastre de cajas, cosas en el suelo, muebles mal ubicados. Me pellizco el puente de la nariz intentando centrarme porque realmente no sé ni por donde comenzar.
Molestar a mi mejor amiga después de un viaje súper largo sería crudo realmente, odio molestar cuando sé que no es molestia, que me aman y serían felices de ayudar, pero nunca lo hago, siempre me cuesta dar ese paso y pedir que me echen una mano con algo.
Al menos los espejos están en su lugar. Al menos. El chico que los entregó fue lo suficientemente amable conmigo como para encargarse de ponerlos con sumo cuidado siguiendo mis instrucciones una a una.
Espejos en forma de luna por toda la pared, diferentes tamaños, diferentes estaciones. Es una cosa preciosa de ver que le da una iluminación perfecta a la habitación.
Estoy enamorada del resultado.
Me levanto del suelo y sacudo mis manos de un polvo inexistente, recojo el maquillaje del suelo y lo ordeno con paciencia sobre el estante, por tonalidades, colores cálidos, colores fríos....
***
—¿Cómo?— no puede ser.
—Lo que ves, nos hemos tatuado.
—Pero están locos ustedes, ¡es ridículo!— y lo es, no puedo creerlo, solo les faltó hacerlo en la frente de ambos.
—Estábamos ebrios, vale? — Allyson y Stev son un mal par para irse de tragos, son lo peor, se han tatuado un escandaloso Corazón verde con sus nombres dentro, qué horror estético.
—Vaaale— alargo las palabras y levanto las manos, me he pasado, se aman y si se quieren hacer un puto corazón fluorescente en las mejillas, es su vida, no soy quién para recriminarles— A ver muéstrame de nuevo.

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Me refugio en ti
Teen FictionKyoto Satō ha sufrido gran parte de su vida. El abandono de su madre y la frialdad de su padre la han convertido en alguien fría, indiferente. Incapaz de abrir su corazón a ningún hombre. Fiel defensora de que el mundo está jodido y que el amor es...